Fiscalía sin establecer móvil de homicidio de catedrático de la UCA

13 meses han pasado desde la muerte de José Manuel González. Dos hombres enfrentan juicio. Fiscalía señaló que no había un móvil determinado del crimen.

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José Manuel González, de 41 años, profesor universitario, fue asesinado el viernes en la noche.  Era catedrático del departamento de Comunicaciones de la UCA.

/ Foto Por Facebook

Por Stanley Luna

2017-01-05 6:13:00

Ayer se cumplieron 13 meses desde aquel 4 de diciembre de 2015 en el que fue asesinado José Manuel González, catedrático de la Universidad José Simeón Cañas (UCA), pero la Fiscalía sigue sin establecer el móvil del crimen a pesar que ayer mismo el juicio fue instalado. 

Así lo admitió  antes de la vista pública el fiscal del caso. 

De acuerdo con la acusación fiscal, el día del crimen,  González llegó hasta Santa Ana porque tendría un encuentro sexual con dos hombres. 

Los tres se habrían reunido en un centro comercial de esa ciudad a las 3:00 p.m. Carlos Navas, quien al parecer conocía a González, le comentó a “Cáliz”, el otro hombre que ahora es testigo clave en el caso, que tenía un amigo de San Salvador que “quería tener una experiencia sexual”. 

Una vez llegaron al lugar, según la versión de Fiscalía, se fueron hasta la casa de Cáliz, en lotificación Las Marías,  en el cantón  El Ranchador, en Santa Ana, donde permanecieron casi por una hora. 

Luego Cáliz, se supone, fue a dejar a una terminal de buses a Navas, ya que este viajaría a El Congo. Al hacerlo, en compañía de González, el testigo dijo haber pasado al barrio San Miguelito, siempre en Santa Ana, por el ahora imputado Edgar Alfredo Cea Méndez, de 27 años, porque habían quedado verse ese día. 

Cea Méndez, de acuerdo con  las declaraciones de Cáliz brindadas ayer en el juicio, había sido hace cuatro años su pareja sentimental, pero eran amigos. 

Mientras el testigo viajaba con González, Fiscalía detalla que ambos acordaron que la víctima se quedarían en su casa esa noche, porque al día siguiente viajarían juntos a San Salvador. Cáliz llamó a Cea para avisarle que pasaría por él, pero no le dijo que iba acompañado. 

Según la acusación, una vez en San Miguelito, Cáliz observó que Cea estaba una cuadra abajo del lugar ya establecido y no estaba solo: lo acompañaba dos personas, y los presentó como su prima y el novio de ella. Por su parte, el testigo presentó a González. 

Posteriormente los jóvenes fueron identificados como Jonathan Steven Pineda Rosales, de 21 años, y Karla N., de 17. Esta fue condenada a 12 años de internamiento en abril del año pasado tras ser encontrada culpable del homicidio. 

Cuando estuvieron en el carro, Cáliz les dijo que irían al centro comercial, el mismo donde se reunió con Navas y González, porque el catedrático quería comprar ropa, prendas que utilizaría al día siguiente. Cea no se opuso, y dijo que eso daría tiempo para que la mamá de su prima viajara desde San Salvador hasta Santa Ana a traerla. 

En el centro comercial, González, de acuerdo con el testigo, compró una camisa y un jeans. Después de la compra todos fueron a un local del lugar a comprar 15 cervezas, pero Cea se apartó del grupo. 

Cáliz dijo que lo vio pagando en otra caja y se dio cuenta que había comprado dos cuchillos. Según el imputado la compra había sido porque al papá de su prima le gustaban los cócteles de fruta. 

Al salir del centro comercial, Cáliz le preguntó a Cea dónde podrían pasar dejando a su prima y su novio,  a lo que el imputado respondió que era más factible que su madre llegara por ellos a la casa del testigo. 

Este señaló que tomó a bien la propuesta “por la confianza” que tenían. 

Se hicieron las 6:00 p.m. y todos llegaron a la casa de Cáliz. Cea, de acuerdo con las investigaciones, tomó las llaves de la casa del tablero del carro del testigo, se bajó del auto y abrió. Al entrar el testigo dijo que  se dedicó a preparar documentos que presentaría en su trabajo relacionado con venta y cobro de artículos de cuido personal.

Las 7:00 p.m. González y los otros tres imputados comenzaron a tomar. La víctima solo bebió una cerveza. A esa hora Cáliz testificó que recibió una llamada de un cliente, a quien vería media hora después en el centro de Santa Ana, porque le entregaría $700. 

Cuando buscó las llaves de la casa no las encontró y buscaba una copia de ellas en su closet cuando a través de los espejos del mueble observó que los tres imputados atacaban a González con un cuchillo y a  golpes. Explicó que quedó en shock y minutos después Pineda Rosales comenzó a atacarlo con cuchillo, causándole heridas en el cuello, en el tórax y en su pierna derecha. 

Salió corriendo del lugar a pedir auxilio a familiares y luego fue trasladado por estos a un hospital. González quedó en la casa. De acuerdo con las inspecciones realizadas por la Policía, la víctima tenía seis lesiones en diferentes partes del cuerpo hechas con arma blanca, una de ellas en el cuello. 

Cáliz dijo ayer en el juicio desconocer cuál fue el móvil del crimen. Alegó que podría ser por el dinero que recogía como parte de su trabajo. 

A pesar de la relación de los hechos, cuando el fiscal del caso fue cuestionado si el crimen habría sido pasional, respondió que el móvil todavía no está determinado. 

“El móvil está bien difícil determinarlo y sería bien aventurado por parte de la Fiscalía decir fue por esta circunstancias”, señaló.  Incluso, dijo, sospechan que los imputados quisieron asesinar al testigo y no a González. 

El juicio continúa hoy.