Soluciones para la crisis de insolvencia

Acá les comparto este innovador listado de sugerencias, tal vez aplicando alguna de ellas se pueda brindar solución a la tan aclamada “crisis fiscal”.

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La modelo Olivia Culpo apostó por uno de los vestidos más llamativos de la noche. / Foto Por AP/ Jordan Strauss

Por Max Mojica*

2017-01-08 6:01:00

Los tanques de pensamiento de El Salvador, así como diversos analistas económicos, al igual que este servidor, hemos señalado en repetidas ocasiones que nuestro país no se encuentra atravesando una “crisis fiscal” (la cual ocurre cuando no hay suficientes o adecuados ingresos tributarios), sino que lo que nos mantiene al borde del impago es una situación de “insolvencia” en las finanzas públicas (la cual ocurre por el exceso de gastos y el despilfarro de los recursos fiscales existentes). Asimismo, en numerosas ocasiones hemos señalado lo inconveniente que sería incrementar las tasas impositivas o crear nuevas cargas fiscales, pero conociendo el desbalance presupuestario de 2017 y las presiones del FMI, preveo que este será un tema recurrente a analizar en los próximos días en la Asamblea Legislativa. Por tanto, acá les dejo a los Padres de la Patria un abanico de opciones a considerar, para imponer más impuestos:

Pagar por respirar. En Australia, se cobra un impuesto por la emisión del dióxido de carbono, de aproximadamente $22.40 anuales por tonelada de dióxido de carbono emitida, lo cual va a un fondo para combatir el calentamiento global. Por su parte, los dueños de vacas en Irlanda y en Dinamarca estuvieron cerca de tener que pagar un impuesto por las flatulencias de sus animales. El pago al que se exponían era de 13 euros por animal. La causa: un estudio científico que determinaba que el dióxido de carbono emitido por los seres vivos era responsable de un gran porcentaje de la emisión de gases de efecto invernadero. Acá, en El Salvador, le podríamos poner impuesto a las emisiones tóxicas del transporte urbano (ya que, debido a la crisis permanente del agro, hay más buses que vacas). Si se protegiera a los buseros para que dejaran de pagar extorsiones, podrían pagar fácilmente esta nueva carga tributaria y hasta les quedaría vuelto.  

Brujos y curanderos. En Suazilandia (alegre comarca ubicada en África), se les cobra un impuesto de aproximadamente $1.00 por trabajito a las personas que ejercen labores de brujos y curanderos, pues el Estado tiene claro que tal actividad deja pingües rentas a los prestadores del místico servicio. En Bucarest, Rumania, las autoridades determinaron que las personas que se dedican a la adivinación y la brujería debían pagar un impuesto del 16 % de todos sus ingresos. Con tales antecedentes, se podría pensar en imponer un impuesto similar a los médicos recién graduados de Cuba, ya que con sus escasos años de estudio universitario y su mínima experiencia médica, son los equivalentes modernos a un shamán y siendo que ya casi que tienen plazas aseguradas en los hospitales públicos, podrían contribuir con su salario al mantenimiento de los gastos del Estado.

Impuestos por mascotas. En la ciudad de Durham, Carolina del Norte, se tenía que declarar las mascotas como propiedad personal, obtener una licencia y pagar una cuota anual. El pago era de $10.00 por cada mascota esterilizada y $75.00 por cada mascota sin esterilizar. Al leer esta opción, estoy seguro de que no faltará más de un diputado oficialista sugiriendo que tener un chucho “es una expresión de riqueza”, por lo que no importa si es aguacatero o no, tendríamos que pagar impuestos por tener en nuestras casas un animalito que nos mueva la cola.

Impuesto sobre la lluvia. Diez condados en Maryland, Estados Unidos de América, pagan por cualquier estructura que impiden que el agua de lluvia empape el suelo: aceras, tejados, patios y calzadas. Este impuesto era para apoyar la bahía de Chesapeake y evitar la que se fugara la corriente de las precipitaciones. En nuestro país, podríamos ponerle impuesto a la lluvia de diezmos que caen sobre las iglesias, los cuales, en algunos casos –solo en algunos, aclaro- es causa de notorias riquezas de sus administradores y guías espirituales. Digo, riqueza es riqueza, y una colaboradita fiscal a la comunidad por parte de sus acaudalados pastores, con sus impresionantes carrazos y esposas a la medida, no estaría de más. 

Impuesto a la guapura. Este fue en Japón, donde se propuso imponer un impuesto a las personas solteras y físicamente agradables; al mismo tiempo que se reducía la carga fiscal a los más feos. La clasificación que hacía este proyecto de ley era en “lindos, normales, feos y muy feos”. En El Salvador, a donde abundamos los agraciados, sería fuente de enormes ingresos fiscales.

Ahí está entonces, si estaban faltos de ideas para nuevas cargas tributarias, acá les comparto este innovador listado de sugerencias, tal vez aplicando alguna de ellas se pueda brindar solución a la tan aclamada “crisis fiscal” que –según los analistas del gobierno- se encuentra atravesando nuestro país.
  

*Abogado, máster en leyes.
@MaxMojica