El Órgano Ejecutivo y la junta directiva de Fomilenio II presentaron en noviembre del año recién pasado, a la Asamblea Legislativa, una propuesta de reforma a la Ley del Fondo de Conservación Vial (Fovial) para que se adicionen US$0.17 por cada galón de combustibles a la contribución a este Fondo para el mantenimiento y la construcción de carreteras. Actualmente los consumidores pagamos un impuesto de US$0.20 al Fovial por cada galón de combustible y de aprobarse dicho aumento, pagaríamos US$0.37.
Las gasolinas y el diésel ya son objeto de otros impuestos: US$0.10 por galón de Contribución para la Estabilización de las Tarifas del Servicio Público del Transporte Colectivo de Pasajeros (Cotrans), US$0.16 por galón del Fondo de Estabilización y Fomento Económico (FEFE), el 13% del Impuesto al Valor Agregado (IVA), más los US$0.20 por galón del Fovial.
En contraposición a la propuesta del Gobierno y Fomilenio II de incrementar el monto de contribución al Fovial, se ha planteado reorientar el uso que se da a la recaudación del Fefe, uno de muchos impuestos que ya tienen los combustibles.
Fue la Junta Revolucionaria de Gobierno que con el Decreto Nº 762 del 24 de julio de 1981 la que constituyó el Fondo de Estabilización y Fomento Económico (FEFE), con la contribución de 1.39 colones (US$0.16) por cada galón de gasolina especial o regular. Al pagar el combustible, el consumidor aporta a dicha contribución, más el 13 % de IVA. El FEFE se ha venido utilizando para el pago del subsidio al gas.Este Fondo recauda unos US$25 millones cada año; sin embargo, desde 2003, por el incremento de los precios internacionales de los combustibles, el FEFE que se cobra por galón vendido y no por el valor del combustible, se volvió insuficiente para soportar el subsidio del gas.
Con esta opción planteada de reorientar la recaudación del FEFE al mantenimiento y construcción de carreteras, el Ministerio de Economía tendría que transparentar la fuente de recursos que utiliza para financiar el subsidio al gas y su administración, que desde el 2008 es la recaudación general de impuestos; además, tendría que focalizarlo con eficiencia a quienes realmente lo necesitan y reducir la burocracia que administra este subsidio.
Y es de considerar que el subsidio al gas no debe ser usado con populismo, ya que para amplios sectores el gas es el principal energético utilizado para cocinar sus alimentos. En términos generales, entre los energéticos usados para cocinar, la electricidad participa en 1.3 %, la leña en 22.9 %, en tanto que el gas se utiliza en un 71.8 %. Además, el subsidio al gas propano ha sido efectivo para el desplazamiento del uso de la leña para cocinar. En 1992 la leña se utilizaba en 55 %, el gas propano en 31 %. La ministra de Medio Ambiente debe poner atención a este efecto del subsidio al gas, sobre todo para conglomerados urbanos del Gran San Salvador, de clase media, importante número de votantes.
La política económica gubernamental enfocada con populismo hacia los más pobres, olvida y desatiende a las clases medias y su calidad de vida. Las clases medias están desprotegidas y con estas iniciativas serán las primeras en asumir la factura social, sea por incremento al aporte al Fovial o por la reorientación del FEFE.
La complicada situación fiscal está arrinconando al Gobierno cada vez más al endeudamiento para sostener su política social y no se perciben capacidades para mejorar la recaudación y evitar la evasión, habiéndose proliferado los tipos de impuesto aplicados. Esta complicada situación está poniendo en aprietos, incluso, un proyecto tan crucial como es Fomilenio II, hoy empantanado con su iniciativa en la Asamblea.
*Columnista de El Diario de Hoy.
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