La algarabía de la pólvora anuncia la llegada de la medianoche y el momento de los abrazos de Navidad y Fin de Año. Como un conteo anticipado, el ruido de las explosiones, las luces en el cielo y el humo en el aire aumentan con rapidez hasta que el reloj marca las 12:00
Este año, mientras los habitantes de San Salvador y Soyapango celebraban, el aire que respiraban alcanzó un nivel de contaminación tan alto que fue catalogado como dañino o muy dañino a la salud.
La quema de la pólvora provocó un aumento en la concentración de material particulado PM2.5. Dichas partículas son de un tamaño menor al de la arena de la playa o el corte transversal de un cabello, por lo tanto, pueden ser absorbidas y llegar a los pulmones de las personas con facilidad.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) advirtió que entre las 9:00 de la noche del 24 de diciembre y las 3:00 de la mañana del 25 de diciembre de 2016 hubo un incremento de la contaminación del aire. En Soyapango, la estación automática ubicada en la Universidad Don Bosco el valor más alto registrado fue de 66 µg/m3 a la 1:00 de la mañana. Esos niveles ya entran en la categoría de dañina a la salud.
Pero los niveles de contaminación reportados en el área de San Salvador fueron mucho mayores. A la misma hora, el monitor ubicado en el Centro de Gobierno advertía un aumento de la concentración de PM2.5 que llegó a ser de 172 µg/m3, niveles que son muy dañinos a la salud.
La calidad del aire se considera buena, es decir que es segura para la salud de las personas, cuando la cantidad de contaminantes se mantiene entre 0 y 15.3 µg/m3.
La concentración de contaminantes aumentó todavía más para la celebración de Año Nuevo. El 31 de diciembre, a las 11 de la noche, en Soyapango se respiraba un aire muy dañino a la salud. El valor alcanzado era de 180 µg/m3.
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Calidad del aire en San Salvador
La tradición de la quema de productos pirotécnicos ha disminuido relativamente a partir de las campañas de concienciación para prevenir las quemaduras en niños, sin embargo, continúa teniendo un impacto en el ambiente y también en la salud de las personas, sobre todo en quienes ya tienen algún padecimiento.
“La pólvora es una combinación de varias sustancias químicas, carbón, azufre, óxido nitroso. Son corrosivos, que irritan las vías respiratorias, los ojos y la nariz”, advierte la neumóloga, Liliana Choto.
Los asmáticos y las personas que padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son quienes corren muchos más riesgos en momentos de elevadas concentraciones de contaminantes.
Choto, quien también es la coordinadora de la Clínica de Cesación del Tabaco del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), atiende a muchos pacientes que ya han desarrollado EPOC.
Declaró que la predisposición a una complicación es alta y con el tiempo han tenido que aprender a protegerse, sobre todo para la época en que aumenta la quema de la pólvora, ya sea con el uso de mascarillas, poniendo toallas debajo de las puertas para evitar que entre el humo, e incluso planeando viajes a zonas fuera de la ciudad como en la playa o en la montaña.
Choto expuso su preocupación por los pacientes EPOC. La enfermedad está principalmente asociada con el humo del tabaco, aunque en el país también hay muchas mujeres que la han desarrollado por el humo de la leña. Con el paso de los años, el deterioro en sus pulmones provoca síntomas como tos, flema excesiva, a llegar a cansarse por realizar cualquier tipo de esfuerzo físico como subir gradar o caminar.
Son personas que con el tiempo pueden llegar a necesitar una conexión de oxígeno permanente. “Se dice que si una persona con problemas pulmonares crónicos le dan más de dos infecciones al año ya esta persona se va a deteriorar y hasta puede fallecer”, dijo Choto, recalcando la susceptibilidad de los pacientes EPOC.
Por ello, un medio ambiente contaminado, aunque sea por un corto período, puede volverse un riesgo para este tipo de pacientes, también para los niños y adultos mayores.
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Choto dijo que una de sus pacientes se había mantenido por años con crisis en su salud, pero desde hace meses su salud ha mejorado considerablemente. Hasta hace poco ella vivía en una zona del centro de San Salvador, donde el paso de los buses y la cola de humo que dejan era permanente. Su salud cambió cuando se mudó a un sector ubicado en las afueras de San Salvador.
Tanto en el ISSS como en el Ministerio de Salud, las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAS) se mantienen como las principales causas de consultas. Entre el 21 de diciembre de 2016 y el 2 de enero de 2017, el ISSS atendió a 8, 611 personas por problemas respiratorios. En el sistema de salud las atenciones fueron 17,714, del 24 de diciembre al 1 de enero de 2017.
Aunque hubo una reducción de las consultas con respecto al año pasado, del 12% en el ISSS y del 18% en el Minsal, Choto reiteró la importancia de proteger a la población más susceptible, ante el aumento de los vientos, de la circulación de los virus y de la contaminación en el ambiente.