Lamentablemente y contraria a la proyección económica que el Banco Central del Reserva (BCR) ha hecho, el Banco Mundial (BM) estima un menor crecimiento en la economía de El Salvador para este año.
Apenas 1.9%, es lo que estima el BM para El Salvador, es decir, nuevamente, el crecimiento más bajo en toda la región centroamericana y no solo para este año, sino al menos para los dos siguientes.
El informe de la entidad internacional adjudica este pronóstico a una desaceleración de las economías fuertes a nivel mundial que se verá reflejado en una disminución del comercio internacional.
Pero entonces surge la pregunta: ¿por qué El Salvador es el más afectado?, ya que la incertidumbre por remesas y la baja en exportaciones son efectos compartidos con Guatemala y Honduras.
Según explica el analista, Rigoberto Monge, “hay una serie de factores económicos y de entorno que contribuyen a que las tasas de crecimiento sean mucho menores, y entre esos factores están que este año no tendremos, nuevamente, suficientes niveles de inversión privada ni pública”, apuntó.
“El punto diferenciador es el clima de inversión y el nivel bajo de inversión del sector privado”, dijo Monge agregando que esto tiene que ver con los incentivos fiscales que el país otorga a los inversionistas, y a los mensajes negativos que causan incertidumbre, sobre todo por impuestos”.
El economista, Manuel Enrique Hinds, advierte que la incertidumbre por otros posibles impuestos que podría imponer el gobierno y la burocracia son factores fuertes que bloquean el nivel de inversión, y que mientras no haya certeza jurídica y se desmonte la tramitología la inversión seguirá pobre.
Monge también cree que otro factor es la incertidumbre sobre el ritmo de crecimiento de las remesas familiares, especialmente por la nueva administración que habrá pronto en EE.UU.
Esto afecta también en las exportaciones, dijo Monge, ya que “la caída de remesas familiares en Honduras y Guatemala significan desincentivos para los productos que El Salvador exporta a esos países”.
Sobre LA inversión
Respecto a los proyectos de inversión que tanto destaca el gobierno, asegurando que El Salvador va por buen camino, Monge dijo que se debe tener cuidado con los números, ya que pueden ser de inversión no concretada.
“Por parte de funcionarios del gobierno, a veces, uno escucha unos datos bastante elevados sobre inversiones, pero yo creo que se debe aclarar si se trata de inversiones nuevas, o inversiones netas, o como cuando uno escucha al presidente del Banco Central (Oscar Cabrera), al vicepresidente de la República (Salvador Sánchez Cerén) y creo que al ministro de Economía (Tharsis Salomón López) de hablar de inversiones con unas cifras tan elevadas que uno se pregunta de dónde viene la fuente y, generalmente, lo que ellos hacen es sumar anuncios de posibles inversiones, pero que no se han materializado”, dijo Monge.
“No se sabe cuánto puede ser el crecimiento (en 2017), puede ser 1.5 %, 1.9 %, 2 %, pero el punto es que crecerá poco sí, y por muchas razones, como la incertidumbre por más impuestos como el impuesto al patrimonio, es decir un impuesto a la inversión, además de tanta burocracia, para desarrollar proyectos”, explicó el economista.
Por su parte, Romel Rodríguez, investigador del área Macroeconómica y Desarrollo de la Fundación Nacional para Desarrollo (FUNDE), dijo que las perspectivas en contra son más fuertes que las positivas, tal como lo ha planteado el Banco Mundial.
El más bajo de la región
Aunque en la gráfica solo se muestra desde el 2016, El Salvador ha sido el país con el crecimiento económico más bajo en los últimos seis años.
En 2014 el crecimiento apenas llegó a 1.4 %; en 2015 fue el mayor repunte con 2.5 %; y el año recién pasado llegó al 2.2 %. Este año la estimación del BM es de 1.9 %; en el 2018 estima que puede llegar a 2 %, y será el mismo crecimiento para el 2019.
El Fondo Monetario Internacional coincide en que el negativo clima político y el nivel de endeudamiento influye en el clima de inversión, ya que las disputas de la clases política generan incertidumbre entre los inversionistas.