Mi carta de respuesta a don Paolo Lüers

Nuestra propuesta intenta establecer mecanismos claros y legítimos, pero principalmente constitucionales, para el manejo de la representatividad y la proporcionalidad.

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Los diputados de la bancada del FMLN han intentado varias veces que se apruebe el presupuesto 2017, pero no han logrado sumar los 43 votos necesarios para ello. 

/ Foto Por Jorge Reyes

Por Paul Steiner*

2017-01-11 8:16:00

Gracias por su carta publicada en elsalvador.com titulada “La Calidad de la Asamblea,” ya que aparte de haber sido algo divertida también nos ayuda a que más salvadoreños se enteren de las iniciativas para limpiar la democracia en nuestro país.  Sin embargo, usted hace algunas aseveraciones y juicios de opinión en los cuales siento que falta aclaración y más estudio de su parte, lo cual pone en peligro la percepción de la ciudadanía que lee su columna sobre una reforma tan importante.  Permítame explicar:

La razón principal de esta propuesta ciudadana de reforma electoral presentada por 4 ciudadanos el jueves de la semana pasada no es reducir la cuantía de diputados, sino cumplir dos fallos de la Sala de lo Constitucional de 2000 y 2002 que han sido ignorados por las Asambleas Legislativas desde ese entonces – ya van 14 años de desacato y omisión legislativa. 

El impacto de no haber corregido las inconstitucionalidades es que los diputados electos desde 2003 no han cumplido con el mandato constitucional de representar a los habitantes, sino que representan los territorios, además de que existen 20 diputados de la Plancha Nacional quienes nunca fueron justificados por su representatividad de la ciudadanía.

Para cumplir con esos fallos y arreglar correctamente el problema es necesario crear las circunscripciones electorales correctas y establecer el nivel de representatividad igualitaria que cada diputado debe tener.  Ese es el tema principal de nuestra propuesta y lo único contenido en la pieza de correspondencia presentada. 

El número de 50 diputados resulta de la división de 5.77 millones de habitantes (Censo 2007 que es el más reciente oficial) y el índice de representatividad que nosotros proponemos de 115,000 habitantes por diputado. Lo esencial de esta propuesta es el mecanismo que quedaría establecido que previene la creación y repartición arbitraria de escaños legislativos que es lo que hemos tenido desde el ’94.

Su comentario, “Los diputados son una bola de inútiles y además corruptos. Menos diputados, menos corrupción y menos gastos…”, no está contenido en nuestra propuesta ni fue expresado por ninguno de los cuatro que la presentamos – son sus palabras y no las nuestras – de allí parte el populismo.

Usted también asevera que “Si hacemos la reforma como Paul Steiner y Félix Ulloa la proponen, lo único que habremos hecho es dar una respuesta populista a un sentimiento irracional. Tendremos 50 diputados, en vez de 84, pero no habríamos resuelto nada”.
Es importante reconocer que la calidad de diputados se basa en tres factores claves:

1. La manera en que son electos dentro de sus partidos para ser postulados como candidatos (jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional y la Ley de Partidos Políticos exigen representatividad de la voluntad de los afiliados y la democracia interna para elegir a sus candidatos – algo que a la fecha no hemos visto cumplido).

2. La no contaminación de los candidatos y los diputados por influencias de financistas (jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional y la Ley de Partidos Políticos también establecen la necesidad de transparentar y regular quién financia y cómo se gasta ese dinero – otro elemento que no hemos visto cumplido a la fecha).

3. Las opciones que se le presentan al elector para poder escoger a las personas que él piensa son idóneas para representarlo (esto es el principal beneficio de nuestra propuesta ya que al crear las zonas electorales, la  mayoría de los votantes tendrá más opciones de personas por quienes votar – en La Unión, por ejemplo, actualmente tienen tres diputados a escoger, pero en la nueva circunscripción podrán seleccionar 11 personas).

Me despido con las siguientes conclusiones:

Lejos de intentar darle oxígeno al populismo, nuestra propuesta intenta establecer mecanismos claros y legítimos, pero principalmente constitucionales, para el manejo de la representatividad y la proporcionalidad que es lo que ha sido vulnerado por el actual Código Electoral.
 
Las opiniones que podamos tener los ciudadanos sobre los diputados y la Asamblea Legislativa se deben directamente a nuestra experiencia de su actuar sobre los años y las arbitrariedades que ellos mismos han creado en las leyes.

Nos sumamos a su llamado en la última oración de su carta:

“Tomemos la actual propuesta como punto de partida de una debate racional. Necesitamos una reforma política, no sólo una reforma electoral”.
 

*Colaborador de El Diario de Hoy.