Doña ??ngela el cáncer de mama no le quita el deseo de salir adelante

La señora vivió por un año con una inflamación en el pecho derecho al que no le puso cuidado. Jamás se hizo una mamografía.

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“No entremos en depresión porque eso mata a las personas. Tal vez no la enfermedad ni las quimioterapias sino que la depresión", ??ngela Torres.

/ Foto Por Cristian Díaz

Por Cristian Díaz

2017-01-15 6:00:00

Angela Delmy Torres de Barahona, de 51 años, jamás se hizo un examen de mamografía y tampoco se imaginó que iba a tener cáncer de seno. Sin embargo, en agosto del año pasado le diagnosticaron la enfermedad en su pecho derecho.

Cuando el médico le notificó el resultado de la biopsia, lo único que pensó fue en sus dos hijas, de 13 y 19 años.

Con el diagnóstico en la mano, Ángela se dijo para sí que: “‘otras personas han salido de enfermedades más fuertes y yo, con ayuda de Dios, voy a salir de esta. Me sentí mal al principio; pero luego dije: voy a vivir como una mujer normal”, relató la señora, quien reside en una humilde vivienda de la colonia Arriaga, cantón Pepenance, de Atiquizaya, Ahuachapán.


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Su propósito lo ha cumplido en los cinco meses que lleva de tratamiento médico.

 Ella es alegre, bromista, amable con sus allegados y con los extraños.

Tampoco ha dejado de practicar corte y confección que realiza a través de una iniciativa de emprendimiento que es impulsada por la municipalidad.

Confecciona cortinas, juegos de cama y manteles, entre otros, que comercializa con sus vecinos.

Recordó que en marzo de 2015 comenzó a sentir una inflamación en su pecho derecho; pero nunca le puso cuidado porque pensó que “era normal” y que se iba a curar solo tomando algunas pastillas.

Justo un año después, en marzo de 2016, la inflamación, que era una especie de pelota, comenzó a hacerse aún mayor por lo que comenzó a preocuparse.

“El problema del cáncer es que no duele; pero en agosto (2016) ya me comenzó a salir una úlcera y comenzó a sangrar”, relató.

Doña Ángela ya fue sometida a cuatro sesiones de quimioterapias que le han ayudado a eliminar las células cancerosas.

Sin embargo, en las próximas semanas será sometida a una mastectomía parcial (extirpación de su seno derecho) con el fin de que no le queden partículas cancerígenas.

Las quimioterapias le han provocado algunas reacciones como vómitos, sueño, temblor de cuerpo y pérdida del apetito.

A las tres semanas que recibió la primera sesión de quimioterapia, el 17 de octubre del año pasado, comenzó a perder el cabello, contó.


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“Yo presumía mucho con mi cabello porque era largo y colocho. Pero todas mis amistades me ayudaron (dándole apoyo), no me deprimí. Ahora estoy pidiéndole a Dios que ya no quiero un cabello colocho, sino que uno liso y hasta planchado”, relató entre risas.

La caballera que utiliza le fue regalada, el 5 de noviembre, por la jefa de una familiar, quien se la trajo desde Estados Unidos. Reconoció que fue una grata sorpresa.

Los médicos le dijeron que la enfermedad fue desarrollada de forma hereditaria; sin embargo, ella expresó que en su familia no hay otra persona que haya padecido de cáncer de mama.

Doña Ángela señaló que afortunadamente, en su caso, le fue detectado a tiempo a pesar de que nunca se practicó una mamografía. Por ello, recomendó a las demás mujeres que se realicen chequeos constantes en su organismo y que no solo se preocupen en la belleza exterior.

“Yo no me voy a morir de cáncer, tal vez de otra cosa; pero no de cáncer”, dijo con firmeza la señora, quien sigue al pie de la letra su tratamiento médico.