El comprador de las marcas Suprema y Regia Extra tendrá la opción de producir dichas cervezas en la planta de Industrias La Constancia, ILC, durante tres años.
Además, tendrá acceso a la red de distribución (incluyendo espacio en sus refrigeradoras para la venta de productos al menudeo).
Ese apartado destaca en el comunicado difundido hoy por la Superintendencia de competencia, SC, en el cual se da a conocer que SABMiller, propietaria de ILC, aceptó las condiciones impuestas por la SC para lograr su fusión con AB InBev.
Informamos sobre el las #CondicionesSC para la fusión #AbInbevSABMiller en El Salvador. Lea y compartirta: https://t.co/CfDzJNunCE pic.twitter.com/9SV2eJb8oz
— SCompetencia (@SCompetencia) 19 de enero de 2017
El 12 de enero se conoció que la SC condicionó a SABMiller, propietaria de Industrias La Constancia, ILC, para poder fusionarse con el mayor productor de cerveza en el mundo, AB InBev.
La Constancia venderá sus marcas de cerveza Suprema y Regia
El requisito, entre otros, impuesto a ILC era que tenía que vender las marcas de cervezas Suprema y Regia Extra a un comprador (que se comenzará a buscar) para lograr la autorización de unificación entre SABMiller y AB InBev.
Razonamientos
La SC razona que el grupo SABMiller tiene presencia en El Salvador a través de ILC que produce, importa y comercializa cervezasy otras bebidas no alcohólicas. Mientras, el grupo AB InBev importa cervezas desde sus filiales en Guatemala y República Dominicana, que son distribuidas en territorio salvadoreño a través de Comercializadora Interamericana S.A. de C.V y Crio Inversiones S.A. de C.V., respectivamente.
El análisis de la SC reveló que la fusión de ambos monstruos cerveceros internacionales en el mercado local produciría una limitación significativa de la competencia en el mercado de cervezas y afectaría el bienestar del consumidor.
Según la SC, las consecuencias identificadas son (1) el agente resultante (uniónn de Ab InBev y SAB Miller) se convertiría, básicamente, en un monopolista; (2) desaparce la rivalidad entre los dos principales competidores del mercado; (3) reforzamiento de la posición dominante de ILC, creando las condiciones propicias para un alza generalizada de precios de todas las marcas de cerveza de su portafolio; y (4) se reforzarían las barreras a la entrada al mercado.