El ex palacio municipal de la cabecera departamental de San Vicente resultó dañado en el terremoto de febrero de 2001, desde entonces la infraestructura ha estado abandona.
Sin embargo, la alcaldía del municipio intenta recuperar la edificación para convertirla en un museo o biblioteca, por el momento solo cuentan con el borrador de una propuesta de remodelación, elaborada por estudiantes de la facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de El Salvador (UES).
Según Medardo Hernández, alcalde del municipio, la remodelación del palacio costaría más de dos millones y medio de dólares.
Pobladores aseguraron que durante años el edificio ha sido utilizado como basurero, incluso como dormitorio por indigentes. En la actualidad, la municipalidad ha optado por cerrar las entradas para evitar que esto vuelva a ocurrir.
A pesar del descuido, la arquitectura podría llamar la atención de turistas por los detalles arquitectónicos que tiene y la riqueza cultural que encierra, pero pasa desapercibido porque vendedores cubren la fechada del edificio.
Joya arquitectónica
Después de los terremotos de 2001 el ex palacio municipal fue declarado, por la Secretaría de Cultura del departamento de San Vicente, Monumento Local, debido a la riqueza de detalles arquitectónicos que tiene.
La infraestructura original fue construida el siglo pasado, pero se desconoce la fecha exacta, según un anteproyecto de reconstrucción de 2013 realizado por la UES.
El diseño actual fue construido entre los años de 1937 y 1938, después de haber colapsado la edificación original a causa de un fuerte terremoto en 1936.
El Palacio corresponde a un estilo neoclásico construido con ladrillo de obra, lámina acanalada. También se agregaron decoraciones y balcones de hierro forjado de estilo barroco, puertas de madera, vitrales y ventanas de marcos de madera propias de la corriente arquitectónica de la época.
Al ser remodelado, los detalles deben de prevalecer, ya que por ser un inmueble de mucho valor histórico y cultural no puede ser modificado, según la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural de El Salvador y su Reglamento.
El artículo 42 de dicha ley establece que “un bien inmueble monumental, declarado cultural no podrá ser modificado o alterado sustancialmente por obras interiores o exteriores”, esto con el fin de conservar la historia y cultura que resguardan los inmuebles antiguos.