El sábado pasado el Opus Dei inició, en Roma, el proceso de elección y nombramiento de un nuevo prelado que sustituirá en el cargo a Monseñor Javier Echevarría, quien falleció en diciembre de 2016.
El escogido se convertirá en el tercer sucesor de San Josemaría Escrivá de Balaguer, quien fundó esa institución de la Iglesia Católica en Madrid, España, el 2 de octubre de 1928, con la misión de contribuir a la evangelización.
Un informe de prensa emitido por el Opus Dei señala que el elegido tiene que ser un sacerdote con 40 años de edad cumplidos, que sea miembro del Congreso electivo y que lleve al menos diez años incorporado a la prelatura y cinco como sacerdote. En la actualidad hay 94 clérigos, procedentes de 45 naciones, que cumplen esos requisitos.
El procedimiento electivo empezó con una reunión del pleno del Consejo para las mujeres de la prelatura, el cual es llamado Asesoría Central, pero este lunes inicia ya el Congreso electivo.
En todo el proceso participan 194 fieles del Opus Dei, entre sacerdotes y laicos, procedentes de todas las naciones en las que esta institución de la Iglesia Católica tiene presencia. Estos tienen que tener al menos 32 años de edad y 9 de haberse incorporado a la prelatura.
En el marco de la elección, Monseñor Fernando Ocáriz, vicario auxiliar de la prelatura, dijo: “estamos recorriendo este periodo en actitud de oración, acudiendo especialmente al Espíritu Santo”.
Los electores tienen diversas condiciones humanas, espirituales y jurídicas que, de cuerdo con los estatutos de la prelatura, ha de reunir el prelado. Esto es así en aras de garantizar el recto desempeño del cargo.
Entre lo que se evalúa está la virtud de la caridad, la prudencia, la vida de oración, el amor a la Iglesia y a su Magisterio, así como la fidelidad al Opus Dei. También, se toma en cuenta el poseer una profunda cultura con relación a las ciencias eclesiásticas y civiles, además tener adecuadas dotes de gobierno pastoral.
De acuerdo con lo expuesto en el documento informativo del Opus Dei, en la Asesoría Central, cada miembro hace una propuesta con el nombre o nombres de aquel o aquellos sacerdotes congresistas que valora como más adecuados para el cargo del prelado.
Posterior, los miembros del Congreso, teniendo en cuenta esas propuestas de la Asesoría, votan. Una vez eligen al nuevo prelado este u otra persona en su lugar solicita la confirmación del Santo Padre, quien es el encargado de nombrarlo.