Hipertensión, principal causa de bebés prematuros

En 2016 el 25% de los partos atendidos en el Hospital Nacional de la Mujer fueron catalogados como prematuros.

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Foto Por Archivo

Por Nancy Hernández

2017-01-21 10:00:00

Mateo Armando Durán nació el 1 de mayo de 2016 a las 29 semanas de gestación. El peso fue 930 gramos, es decir dos libras y media. Su talla de 33 centímetros. Los médicos del Hospital 1 de mayo del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS)  lo catalogaron como un bebé prematuro;afirmaron que sus posibilidades de vida eran muy pocas.

“Debe de tener en cuenta que cuatro de cada cinco niños prematuros mueren”, fueron las primeras palabras que Xiomara Alfaro, madre de Mateo, escuchó de la pediatra que estaba a cargo de su hijo. 

Asegura que esa frase le causó angustia, tristeza y dolor porque sabía que de un momento a otro su bebé podría morir. Sin embargo, ella no perdió la fe, pues siempre estuvo segura de la recuperación de su hijo, manifestó. 

A los cinco meses de embarazo, le detectaron problemas de presión, pues la tensión de las personas debe estar a un nivel de 110 y 120, mientras que ella llegó a tener una presión arriba de 170. Por dicho padecimiento fue diagnosticada con preeclampsia grave, problema de hipertensión arterial propio de su estado.

La preeclampsia es una de las principales causas de los alumbramientos prematuros. Otras causas son la eclampsia (convulsiones seguidas, en un estado de coma), diabetes gestacional e hipertensión arterial. Además de infecciones vaginales, en vías urinarias, caries y otras. 

Xiomara fue ingresada en la madrugada del 27 de abril, después de estar por tres días con presión alta. En ese momento le comunicaron que su vida y la de su bebé corrían mucho peligro. 

“La doctora me dijo que tenía dos opciones, la primera, era que me hicieran cesárea en ese mismo momento y la segunda, pasar a cuidados intensivos para procurar prolongar el embarazo el mayor tiempo posible y que el bebé creciera un poco más”, expresó. 

Ambas opciones eran complicadas, pues el peligro de la cesárea era que el bebé estaba demasiado pequeño y no tenía el peso suficiente. 
Los riesgos de la segunda opción eran quedar en estado de coma o que le diera un infarto. Sin embargo, optó por esperar y dos días después, al cumplir las 29 semanas, Mateo nació.

Los datos
En los últimos años el nacimiento de bebés prematuros ha incrementado. Solo el año pasado en el Hospital Nacional de la Mujer, antes Maternidad,  atendieron 8 mil 663 partos, entre enero y el 22 de diciembre de 2016. De estos partos el 25 % de los bebés fueron catalogados como prematuros. 

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Según Samuel Ramírez, neonatólogo y subdirector de ese centro asistencial, dos mil 165 infantes nacieron antes de las 36 semanas de gestación. 

Además, 194 fueron considerados prematuros extremos por haber nacido antes de las 28 semanas y tener un peso menor a dos libras.

El neonatólogo Miguel Ponce asegura que en los últimos años la causa principal de bebés prematuros es el embarazo en adolescentes.

Esto se da porque el cuerpo de la madre no está desarrollado, por lo tanto la incompetencia cervical y la falta de capacidad para resguardar el feto en el vientre representan dificultades. 

“Es bien común, entre más adolescente embarazadas hay, más niños prematuros hay, es directamente proporcional”, explicó el profesional. 
Otras causas que señala Ponce son el embarazo múltiple, la profesión de la madre o tipo de actividad que ella realice durante el embarazo. 

Según el “Mapa de embarazos en niñas y adolescentes en El Salvador 2015”, realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el ese año se registraron 83 mil 486 mujeres embarazadas, de estas, 25 mil 132 fueron adolescentes entre los 10 y 19 años de edad, de las cuales 13 mil 146 estaban  en el rango de edad de los 10 a 17 años.

El año pasado en los hospitales nacionales se contabilizaron 60 mil 552 partos de enero a octubre de 2016, según datos proporcionados por la Oficina de Información y Respuesta (OIR) del Ministerios de Salud (Minsal). 

El viceministro de Salud, Julio Robles Ticas, aseguró que en el sistema nacional se atendieron cerca de 82 mil partos en el ministerio de salud y a nivel nacional fueron alrededor de 110 mil partos, hasta la fecha aún se desconoce la cantidad de bebés prematuros y de embarazos en adolescentes de 2016. 

Secuelas

Xiomara asegura que estaba consciente de la gravedad de su bebé, pues el haber nacido a las 29 semanas de gestación significaba que  los órganos no estaban desarrollados

Mateo estuvo internado dos meses con 20 días en el hospital 1° de mayo, del Seguro Social. En ese tiempo, él ganó cuatro libras de peso y llegó a medir 37 centímetros. 

Después de nacer estuvo internado en cuidados intensivos hasta el 20 de junio. 

Xiomara asegura que esos dos meses fueron de “altos y bajos”.

“Los riesgos de los niños prematuros son altos, a veces uno llega en la mañana y en la tarde tiene que ir preparada porque la condición del niño es tan delicada, que no se sabe si de un rato a otro su salud se va a complicar”, dijo.

Cuando Mateo fue trasladado al área de cuidados intermedios tuvo una recaída, porque los niveles de electrolitos le bajaron. 

La salud se le complicó, le dio anemia, convulsionó a causa de la falta de potasio y tuvo que volver a conectarse al aparato de respiración artificial. 

La madre del menor comenta que por la mañana, cuando  alimentó a su bebé, notó movimientos no comunes en él, al siguiente día lo encontró de nuevo en cuidados intensivos, porque Mateo había convulsionado en la madrugada. 

“Era cuestión de días para que él recibiera el alta, pero sus pulmones se cansaron y tuvieron que volverle a conectar el oxígeno”, comentó.

Los pulmones de Mateo no llegaron a desarrollarse y cuando nació tenían forma de membrana. Esta es una enfermedad que padece todo bebé prematuro y es llamada enfermedad de Membrana Hialina.

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Después de la recaída que tuvo le practicaron una serie de exámenes para saber si había sido causada por alguna infección como la meningitis.

Según el Minsal, en los bebés nacidos con 500 gramos de peso, la probabilidad de mortalidad es casi del 100 % y si sobreviven pueden padecer enfermedades como parálisis cerebral infantil, considerada la más grave, pues esto significa que el menor no podrá moverse por sí mismo. 

Los bebés prematuros pueden fácilmente adquirir una infección y padecer de muchas enfermedades, como problemas pulmonares crónicos, entre ellos bronquitis, neumonía, dislea, cansancio. 

También retrasos de funciones psicomotoras, que les dificulta caminar y trastornos del lenguaje. Los  prematuros también pueden llegar a padecer sordera. Otra enfermedad muy común es la retinopatía de la prematurez que puede provocar ceguera parcial o completa en el menor. 

Un bebé prematuro también puede padecer algún grado de retraso mental o trastornos en el aprendizaje, como déficit de atención o hiperactividad.

Mateo está en controles médicos y a sus ocho meses y medio de nacido no presenta ninguna secuela por ser un bebé prematuro. 

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Cuidados
Un bebé prematuro y con muy bajo peso necesita de muchos cuidados. Según el Minsal, una de las medidas preventivas es la maduración pulmonar con esteroides antenatales durante la amenaza de parto prematuro. También la alimentación con leche humana pasteurizada y cuidados canguro, mientras están hospitalizados. 


¡Mateo, un guerrero por anticipado!. El próximo 1 de febrero cumplirá nueve meses. En agosto pasado recibió el alta como paciente de alto riesgo y ahora recibe sus controles pediatricos como niño sano 


Esta última opción sustituye a la incubadora y consiste en garantizar que la madre esté todo el tiempo con el bebé en brazos para brindarle su calor y alimentarlo a la vez, puesto que, posterior al parto, el objetivo principal es que el bebé sobreviva y alcance al peso óptimo. 

Para dar el alta el recién nacido debe llegar a pesar 1,800 gramos o más de tres libras. 

En los hospitales como el San Rafael, 1° de Mayo y Maternidad se habilita el horario de 1:00 p.m. a 2:00 p.m. y de 4:00 p.m. a 5:00 p.m. para que la madre pueda alimentarlo, además debe extraerse leche y dejarla para alimentar al niño cuando ella no está presente. 

El sistema digestivo de los niños no está desarrolla y después de un tiempo de ser alimentados de forma intravenosa la leche daña el hígado y la alimentación debe ser retirada.    

A Mateo le llevó más tiempo desarrollar su sistema, tolerar la leche y empezar a comer, por ello le fue administrado suero, pues su hígado estaba siendo dañado. 

“Para mí fue como un golpe al corazón, porque el niño se queda sin comer. El doctor me dijo: aquí solo queda pedirle a Dios… él ya había hecho todo lo humanamente posible para salvarlo y ahora solo quedaba esperar que Dios interviniera en el caso”, comentó Xiomara.

Según Ponce, los cuidados dependerán de la gravedad del bebé, por ejemplo, un bebé que nazca con dos libras y media necesita de cuidados intensivos, donde recibe respiración artificial y medicamento para ayudarle al desarrollo pulmonar.

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El neonatólogo calcula que, en promedio, el costo económico para dar atención a un recién nacido prematuro es de mil 500 a dos mil dólares, pues la inversión en medicamentos, oxígeno y equipo utilizado es alta. 

El milagro 
Después de dos meses y 20 días de estar internado, Mateo logró un peso de cuatro libras y 37 centímetro de talla. Xiomara asegura que sintió “una gran alegría, una felicidad indescriptible” cuando el médico le comunicó que daría de alta a su hijo.

“Fue increíble, una sensación indescriptible, pero también había un temor en mí sobre los cuidados que tenía que darle, son bebés de alto riesgo y el principal temor era que se quedara sin respirar y no saber como responder a la emergencia. Cuando Mateo recibió el alta sus pulmones aún estaban delicados”, comentó. 

Xiomara aseguró que no dormía por estar al pendiente de su hijo, pues tenía que asegurarse que él estuviera respirando, que el color de su piel fuera el adecuado y sobre todo evitar que padeciera de alguna infección o enfermedad que complicara su salud. 

Mateo recibió el alta como un niño de alto riesgo, esto significaba que su condición todavía era delicada y necesitaba de muchos cuidados. Sin embargo, considera que fue una gran bendición de Dios que dieran a su hijo de alta y que esté vivo. 

“Mi niño es un testimonio de vida, cuando nació todos los pronósticos estaban en contra de él. El riesgo era elevadísimo, hubo momentos de mucha tristeza, pero gracias a Dios mi bebesito está bien”, dijo la entrevistada.

Xiomara asegura que tener a su hijo entre sus brazos, le muestra el amor que Dios ha tenido hacia ella y su familia.

Mateo tiene ocho meses y medio de haber nacido, pero su edad clínica es de seis meses, pues se le resta el tiempo que hacía falta para que alcanzara su edad gestacional.

“Cada minuto, cada segundo que pasa es una carrera contra el tiempo, los niños prematuros son unos guerreros por anticipado, las madres que hemos vivido esta experiencia sabemos que solo la mano de Dios es con la vida de nuestros niños, es de esperar que sea Dios el que obre, el que intervenga. Ahora tengo a mi bebesito y es una gran bendición”, concluyó.