Un palenque de unos cuatro metros de diámetro, improvisado con estacas y plástico negro, es el punto de reunión de los aficionados a las peleas de gallos y curiosos en el lotificación Esquipulas, ubicada en el cantón San Francisco Hacienda de Santiago Nonualco, La Paz.
A sus 71 años, Augusto Ayala es uno de los organizadores principales desde temprano. También participa con sus gallos.
“Me dedico a las peleas de gallos desde que tenía 6 años, porque mi papá me enseñó. Y me fue gustando tanto que hasta lloraba cuando mi padre vendía un alguno de sus gallos”, comenta Ayala.
Este gallero de toda la vida añade, entre sonrisas, que el ave que muere en combate “la hacemos en sopa o en chicha”.
Comenta, además, que se trata de “un deporte sano”.
Los combates entre gallos son también una oportunidad para los lugareños, quienes preparan sus ventas para atender a los visitantes que acuden de otros cantones con sus gallos.
Los transportan en cajas de madera, en sacos de nailon. Pero Ayala prefiere enrollarlos en petates, por ser un método más seguro porque quedan inmovilizados.
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