“El sistema bancario salvadoreño mantendrá su rentabilidad baja y crecimiento modesto” durante este año, consideró Fitch Ratings en su último informe denominado “Perspectiva 2017: Bancos de Centroamérica y República Dominicana”.
Según las estimaciones de la agencia, para el año en curso, la banca de El Salvador estará determinada por factores claves como un rendimiento presionado por el margen de interés decreciente y costos crediticios altos; un crecimiento bajo del sistema, capitalización sólida y una exposición creciente a riesgo soberano.
El reporte de Fitch considera que las previsiones para préstamos morosos (costos crediticios) permanecerán altos en 2017, cercanos al 60 % de los ingresos antes de dichos gastos.
“Los costos crediticios crecientes son consistentes con el crecimiento mayor en préstamos de consumo de los últimos años e indican saneamientos frecuentes”, destaca el documento.
Además, señala que el margen de interés neto de la industria muy probablemente decrecerá, presionado por la competencia persistente por depósitos y préstamos.
La agencia también cree que la capitalización será sólida pues a pesar de la baja generación interna de capital promedio del sistema bancario salvadoreño, “los indicadores de capital son buenos y no están presionados por el crecimiento”.
No obstante, factores como las presiones competitivas y la maduración de la cartera de préstamos se sumarán al crecimiento lento del sistema para continuar limitando el aumento de los ingresos. Así, Fitch opina que “es probable que los bancos que han mostrado pérdidas operacionales en 2016 mantengan dicha tendencia en 2017”.
Por otra parte, la agencia espera que el crecimiento y la composición de préstamos sigan estables; aunque el crecimiento crediticio en los sectores productivos, que aumentaron durante el primer semestre de 2016, podrían ser afectados en 2017 por la incertidumbre en relación con el acuerdo fiscal o sus componentes.
“El crecimiento del crédito minorista también decrecerá, dado que la competencia intensa ha saturado el segmento de créditos personales”, detalla Fitch. Además, considera que el alto índice de criminalidad continuará dificultando la expansión de los servicios a la población pues dificulta las actividades de cobro y valúo en ciertas áreas.
La previsión es que durante 2017, la calidad de activos permanecerá manejable e impondrá presión limitada en la posición de capital de los bancos.
Para Fitch Ratings, los bancos también podrían incrementar su exposición al riesgo soberano al invertir en emisiones de deuda local de corto plazo (como Letras del Tesoro) o de deuda externa en respuesta a los requerimientos de liquidez del gobierno.
“Las proyecciones de Fitch son sensibles a cambios en el ambiente político y de negocios. En opinión de la agencia, el impacto potencial sobre el desempeño del sistema bancario podrá ser evaluado hasta que se conozcan las medidas finales dictadas por el gobierno. El escenario base de Fitch anticipa un incremento en las exposiciones al riesgo soberano a través de mayores inversiones en deuda soberana”.
Agencia prevé frágil estabilidad para Centroamérica
Según Fitch, aunque los sistemas bancarios de la región centroamericana se mantendrán estables en 2017, con cambios leves en crecimiento y desempeño financiero, “la evolución de algunos factores como tasas de interés e inversión privada o el surgimiento de eventos que incrementaran el riesgo de reputación, podrían alterar la perspectiva de los bancos”.
Las calificaciones de la mayoría de bancos de Centroamérica tienen una perspectiva estable, podrían modificarse dependiendo de ajustes en las casas matrices o calificaciones soberanas, sin descartar eventos no previstos y no financieros.
La agencia considera que habrán tendencias mixtas en la región como fruto de una desmejora de las condiciones globales. Las estimaciones de Fitch apuntan a que este año, el crecimiento crediticio de la región será similar al de 2016, con riesgos a la baja dependiendo de la economía de algunos países.
Las perspectivas dispares de desempeño señalan que, por ejemplo, los bancos de Nicaragua y República Dominicana sostendrán una buena rentabilidad, “mientras que los bancos panameños, salvadoreños y guatemaltecos estarán por detrás de sus pares”.
Según el informe, Costa Rica tendrá un crecimiento modesto e inferior a 10 %; y en República Dominicana, la perspectiva del sector es estable, con un crecimiento crediticio sólido y exposición elevada al sector público.
Para Guatemala, la agencia anticipa un crecimiento de préstamos de entre 5 y 10 % con un nivel de morosidad de alrededor de 1.5 % de la cartera total en 2017; la banca de Honduras tendrá un crecimiento cercano a 10 % y en Nicaragua la calidad crediticia mantendrá estabilidad con indicadores de morosidad cercanos a 1 %.