El presidente de EE.UU., Donald Trump, retomó hoy el controvertido programa “Comunidades Seguras”, cancelado en 2014, que permite que las autoridades locales compartan con el Gobierno federal las huellas digitales de los indocumentados en cárceles locales y de los condados, con el fin de deportarlos.
Una de las dos órdenes ejecutivas firmadas hoy por Trump instruye al secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, a “restablecer el programa migratorio conocido como ‘Comunidades Seguras'”.
“Las agencias federales van a aplicar la ley sin tapujos”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, durante su conferencia de prensa diaria.
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“Vamos a restablecer el popular y exitoso programa de Comunidades Seguras, que ayudará a los agentes del ICE (Oficina de Control de Inmigración y Aduanas) a encontrar a inmigrantes ilegales para su deportación”, añadió Spicer.
El programa “Comunidades Seguras”, lanzado en 2008 por el expresidente George W. Bush y mantenido por su sucesor, Barack Obama, hasta 2014, permitía a las autoridades locales compartir con el Gobierno federal las huellas digitales y otros datos biométricos de los indocumentados en cárceles locales y de los condados.
En teoría, solo los criminales peligrosos, entre estos violadores, homicidas y secuestradores, quedaban sujetos a un proceso de deportación.
Pero las estadísticas oficiales bajo el Gobierno de Obama demostraron que buena parte de los deportados no eran “criminales peligrosos”, sino que habían sido detenidos por delitos menores y no violentos, o carecían de antecedentes penales.
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Numerosos grupos defensores de los derechos de los inmigrantes se opusieron durante el mandato de Obama al programa, por considerar que erosionaba la confianza de la comunidad inmigrante en la policía local, a la que temían por identificarla con las autoridades migratorias.
También denunciaban que el programa podía fomentar que algunos agentes de policía local hicieran arrestos en función de la apariencia étnica, o que detuvieran inopinadamente a inmigrantes de quienes sospecharan que no tenían papeles con el objetivo de ingresar sus detalles en la base de datos federal.
Tras acabar con el programa, el Gobierno de Obama lo reemplazó en 2015 por otro de Cumplimiento de Prioridad (PEP), por el que las autoridades federales de ICE buscan cooperar con las locales para deportar a quienes tengan antecedentes de delitos graves o sean un peligro para la seguridad nacional.
El decreto de Trump ordena a su secretario de Seguridad Nacional “tomar todas las acciones apropiadas para acabar con el programa PEP” y reemplazarlo por “Comunidades Seguras”.