Inversiones Luz de María S.A. de C.V. (Ildemarza) es una empresa familiar dedicada a la fabricación de papel y derivados de cartón, especialmente productos de papel higiénico y toallas.
Carlos Eduardo Sandoval, su fundador y gerente general, asegura que no imaginó que lo que en 2008 comenzó como un proyecto de conversión (corte de bobinas) de papel con 12 colaboradores, ahora produciría alrededor de 6,000 toneladas de fibra y papel al año y generaría casi un centenar de empleos formales.
Inversiones Luz de María ha logrado que el 78 % de lo que produce sea exportado a países de la región como Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
El gerente asegura que el modelo negocio que Inversiones Luz de María adoptó ha dado frutos importantes con sus principales clientes centroamericanos.
“Para exportar tenemos todo en regla, el permiso ambiental y licencias que exige la ley, pero no ha sido tan fácil. La estrategia es buen precio y calidad y lo que hacemos con los clientes es diferenciar”, indica Sandoval.
Y es que la compañía ofrece a sus más de 10 clientes de la región la posibilidad de vender el papel de Inversiones Luz de María bajo su propia marca.
Dentro de los proyectos para este año se incluyen construir una cafetería para los empleados y entrar de lleno al rubro de fabricación de servilletas explorando otros mercados como México, Chile y Canadá.
Sandoval asegura que la empresa, ubicada en el departamento de La Paz, cuenta con un sistema de operaciones que le permite trabajar de manera eficiente y responsable con el medio ambiente.
Por ejemplo, todo el papel fabricado es hecho a base de reciclaje. El proceso no usa ningún tipo de químicos, a excepción del polímero a base de cloro para lograr la sedimentación.
“El proceso es simple: en la fabricación de papel hay una gran licuadora que se llama pulper. Ahí se echa todo el papel de reciclaje, cuadernos, libros, cualquier papel. Lo muelen y lo van pasando por diferentes etapas, las grapas, los plásticos, la tinta se separan y abajo queda el sedimento…. Esa pulpa es la materia prima de la fábrica de papel, la que va a hacer los rollotes y todas las impurezas se van a la planta de tratamiento de agua”, explicó Sandoval.
La compañía tampoco genera desechos sólidos ni líquidos porque cuenta con una planta de purificación y reutilización de agua y una pequeña fábrica de ladrillos.
De acuerdo al representante, normalmente se necesitan 80 metros cúbicos de agua (400 barriles) para hacer una tonelada de papel (90 fardos), por lo que el reuso de agua es importante para no quitarle el recurso líquido a la comunidad.
Además, con los sedimentos que ya no sirven para fabricar papel, se elaboran ladrillos. Así, ya se construyeron siete casas y una iglesia en la comunidad. “Se los regalamos a la gente. Y tenemos como 10 mil ladrillos que ya no hallamos qué hacer”, bromea Sandoval.
El empresario dice que el éxito de cualquier negocio es, además de ofrecer buen precio y calidad de productos, cuidar a los clientes y empleados. Inversiones Luz de María se preocupa por sus colaboradores. Dentro de los beneficios actuales incluyen darles almuerzo gratis y, regularmente, una bolsa de productos de la canasta básica a las familias.
El empresario considera que el esfuerzo y dedicación de “hacer las cosas bien, paga”. Dentro de sus logros se encuentra el Premio al Exportador al Área Centroamericana, que la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport) le otorgó a finales de septiembre de 2016.