El trabajo en equipo durante cada partido, la intensidad en los juegos fue la clave para que Gabriela Funes, sintiera atracción por el voleibol de sala. Actualmente, con 16 años, es una de las mejores que destaca entre su categoría, la buena disciplina a la hora de cada entreno, el despliegue en el juego y su altura, son puntos a considerar para convertirse en una promesa real para este llamativo deporte.
Sin embargo, para llegar al nivel del momento, Gabriela tuvo que pasar por complicadas pruebas, “llegaba llorando decía que no quería llegar pero siempre hubieron palabras de motivación de que podría llegar a hacer una gran atleta”, relata la voleibolista.
En este punto, ella destaca el apoyo importante de sus padre para poder estar donde está parada, ya que ellos nunca dejaron de apoyarla en la parte anímica para conseguir las metas.
“Empecé a entrenar, me dijeron de que estaba preseleccionada para la selección infantil ahí comenzó todo, fue mi primer torneo en Guatemala en 2013. Fue una bonita experiencia mucho nerviosismo pero lo fui superando, luego con el tiempo fui aprendiendo más y me consideraron para la selección juvenil y viajar a Nicaragua, luego en Sub 23, posteriormente en mayor, ahí es más experiencia”, cuenta con mucha emoción Funes, sobre su trayectoria en el voleibol.
Gracias a su buen desenvolvimiento dentro de las canchas, además de ser considerada para las diferentes selecciones en cada categoría, Gabriela ha conseguido diversos premios en el tema de ranking en cada torneo nacional que ha disputado. Para los próximos días, iniciará una nueva rutina de entrenamientos con el objetivo de fortalecer sus técnicas y mantener ese nivel que la he convertido en una de las mejores de este deporte. “Seguir entrenando, más experiencia trabajar en equipo y llegar a hacer una voleibolista profesional”, dice Gabriela, que es uno de sus puntos próximos a cumplir.
Pero además del voleibol de sala, también práctica cuando tiene tiempo la modalidad de playa, dos veces por semana, aunque admite que es más complicado por el nivel de exigencia que presente en cada partido. Sobre su futuro, primero quiere terminar sus estudios en el Colegio María Auxiliadora, para luego aspirar por una beca en el extranjero continuando con su preparación laboral y jugando a nivel profesional. Gabriela finaliza con un mensaje para los jóvenes que todavía piensan practicar algún deporte: “Todos los deportes son bonitos, vale la pena el sacrificio el tiempo gastado el apoyo de los padres, ánimos que si se puede se quiere”.