Finalmente el joven Adrián Solano, de 22 años, pudo competir en el Mundial de Esquí Nórdico de Lahti, en Finlandia. Aunque no lo hizo de la mejor manera, pareció haber quedado conforme con su participación.
El venezolano pasó por muchas complicaciones antes de llegar a competir. Estas le quitaron más de un mes de preparación, ya que fue deportado desde París hacia su país acusado de inmigración ilegal y, gracias al consulado, pudo regresar.
Solano logró lo que quería: impresionar a la afición finlandesa. Fue uno de los principales focos de atención del Mundial de Esquí gracias a los malabarismos que utilizó para seguir en competición.
El atleta sudamericano acabó descalificado y en el último lugar de las pruebas clasificatorias de 10 kilómetros, donde a falta de cinco para llegar a la meta, llamativamente quebró los bastones, confundió el camino y se cayó en reiteradas ocasiones.
Al otro día participó en las pruebas de sprint (1,6 km), en las que llegó en el puesto 156º de 156 participantes y con 10 minutos de retraso con respecto a Serguei Ustiugov, el ganador del certamen con un tiempo de 3:11:72.