Matt Ryan y Julio Jones fueron las piezas fundamentales en una máquina de hacer puntos y los Falcons de Atlanta ahuyentaron a algunos fantasmas que los habían asolado en el último medio siglo. Ahora, están en el Súper Bowl.
Ryan lanzó para 392 yardas y cuatro anotaciones, con lo que esgrimió otros argumentos para ser el Jugador Más Valioso de esta campaña, y Atlanta apabulló el domingo 44-21 a los Packers de Green Bay en el partido por el título de la Conferencia Nacional.
Tras vencer a uno de los equipos más laureados de la NFL, Atlanta disputará apenas su segundo Super Bowl en los 51 años de historia de la franquicia. Perdió el primero hace 18 años, cuando su plantel recibía el apodo de los “Pájaros Sucios”. Los Falcons tomaron una clara delantera de 24-0 en la primera mitad frente a Green Bay (12-6), que lucía como el equipo más candente de la liga. El duelo quedó prácticamente finiquitado en la segunda jugada ofensiva de Atlanta en el tercer cuarto.
Jones se olvidó de una dolencia en el dedo gordo de un pie, y realizó nueve recepciones para 180 yardas y dos touchdowns. Falcons de Atlanta (13-5) enfrentarán en el Súper Bowl a los Patriots de Nueva Inglaterra (14-2), que vencieron ayer 36-17 a los Steelers de Pittsburgh por la Conferencia Americana.
En el Gillette Stadium, la ofensiva de los Patriots fue demasiado para la defensa de los Steelers. Con el mariscal de campo Tom Brady en otra noche inspirada (lanzó 384 yardas), Nueva Inglaterra firmó boleto para su novena presencia en el Súper Bowl.
Brady disputará el séptimo Super Bowl en su carrera. Lanzó para 384 yardas, la mejor cifra en playoffs en la historia de la franquicia, incluidos tres envíos de anotación, en lo que fue la séptima final consecutiva de la Liga Americana disputada por Nueva Inglaterra. La séptima aparición de Bill Belichick en un superdomingo representa un récord para cualquier entrenador.