Terminó la aventura por Madrid

Fundamadrid acabó su expedición en la capital española. Mucha alegría en el último día, ya que visitaron las oficinas de Microsoft y la bella ciudad de Toledo

descripción de la imagen
Foto Por edhdep

Por Raúl Recinos | Enviado especial a Madrid, España

2017-01-30 8:37:00

Seis días muy intensos terminaron para 20 niños de Fundamadrid, quienes cumplieron su sueño de visitar España, para poder realizar diferentes actividades, incluido el partido entre el Real Madrid y la Real Sociedad, en el estadio Santiago Bernabéu.

Este lunes hubo dos visitas, casi todo el día fuera de su hotel para visitar las oficinas de Microsoft ubicadas en el centro de la ciudad. Sede única de casi 100 que hay en todo el mundo.

Los trabajos de programación que se hacen en estas oficinas están enfocadas en los deportes y se le denomina Global Sports Innovation Center. Están a la vanguardia de nuevas tecnologías de balones, zapatos, cascos de fútbol americano, sensores en prendas deportivas y en autos de Fórmula Uno.

Los chicos de Fundamadrid recibieron una sesión de Minecraft, ya que hay una iniciativa mundial del #HourofCode, que es una línea de programación, especialidad de Microsoft y líder en todo el planeta sobre este rubro.

Los jóvenes salvadoreños realizaron la sesión y ahora son parte de los números que tiene Microsoft para continuar con la iniciativa en niños para que se entretengan programando.

La ciudad inconquistable

Como es costumbre, un grupo de entusiastas cuscatlecos estuvo en la ciudad de Toledo un año más. Los jóvenes apreciaron diferentes lugares que hay en este pueblo de puertas y murallas.

Antes de cruzar el río Tajo, que desemboca en Lisboa, se empiezan a apreciar las edificaciones antiguas, bien conservadas durante muchos años. No es una zona colorida, pero los tonos cafés de las paredes le dan un toque único que solo Toledo ofrece.

Calles empedradas en esta ciudad que es patrimonio de la Unión Europea le dan el toque especial; visita a la catedral, a una sinagoga y a la Casa del Judío fueron algunas de las cosas que hicieorn los chicos de Fundamadrid, que demostraron mucha energía en todo el viaje.

Érick Sánchez Meza, alumno de la sede de Antiguo Cuscatlán y sobrino del ex fustolista Mario Mayén Meza, es de los que más disfrutó la visita a Toledo. siempre estuvo atento a lo que el guía explicaba y de los que despejaba sus dudas.

“En realidad ha sido hermoso todo. Lo de Microsoft me gustó porque he aprendido algo de las aplicaciones.En Toledo, mucha historia de los reyes, la guerra”, señaló Érick.

Pero en general se divirtió a todas partes que fue, recordó que “pude ver el entreno de uno de los mejores equipos del mundo aunque no pudimos ver a Cristiano, lastimosamnete. También la visita a la nieve, el partido en el Bernabéu y los tres golazos”.

Este alumno integral de Fundamadrid invitó a sus compañeros que todavía no han sido elegidos para hacer este viaje que se ha realizado desde hace nueve años para que “se pongan las pilas, que sean ordenados, que no sean malcriados y que lleguen todos los días que les toca entrenar”.

La aventura por una de las mejores ciudades del mundo terminó para los jóvenes de Fundamadrid. El próximo año podrían venir más, pero solo el esfuerzo en los entrenos, estudios y fuera de las canchas podrá premiar a más chicos en un viaje que es irrepetible y se recuerda para toda la vida.

El gran Mata

Entre el grupo de 20 niños de Fundamadrid hubo uno que destaca por su temperamento a pesar de que tiene 13 años.

Cada joven de de Fundamadrid tiene una historia que contar. Luis Edgardo Mata era el más pequeño en estatura, pero con un tremendo corazón.

Tiene cinco años en la la escuelas del Real Madrid en El Salvador y en ese camino ha encontrado dificultades, pero no bajó los brazos porque es amante del fútbol.

Cursa séptimo grado, entrena en la sede la Zacamil. Es el hijo mayor y su hermano también es alumno de la escuela, vive con sus padres y su abuela, quien es muy conocida por las autoridades de Fundamadrid y de todos los alumnos.

Niña Nena, como es conocida la abuela de Mata, vende dulces y chicles afuera de la cancha donde entrenan. Se ha hecho “famosa”, dice su mismo nieto. Con lo que vende “aporta para la casa, es un poquito pero nos ayuda a nosotros”.

Este joven, claro en sus objetivos, también hizo algunos sacrificios para no interrumpir su estancia en las escuelas: “Tenía media beca, pero para pagar la otra mitad tuve que vender películas, así también le ayudaba a mi abuela”, dice un orgulloso delantero de Fundamadrid.

El domingo, en el parque de diversiones de Madrid, se divirtió mucho, solo tuvo dudas en algunos de los juegos mecánicos, pero estaba claro en que quería estar cerca de sus amigos para pasarla bien.

“El sueño que tenía era venir a España y ahora, también, lo que que quiero es pasar el año en el colegio. Desde que llegué a Fundamadrid sabía de este viaje y era un sueño que tenía que cumplir, era una meta y se ha logrado”, finalizó Luis Mata, quien es muy querido por todos sus compañeros y los responsables del grupo.