Mientras el fútbol y el deporte salvadoreño en general siguen librando sus internas con “soldados” de uno y otro lado, la gran noticia del fin de semana la dio un poco conocido equipo de baloncesto en silla de ruedas. La Selección de El Salvador consiguió su histórico pase al Premundial por tercera vez en su historia tras terminar tecero en el Centroamericano de Costa Rica. En Cali, Colombia, el próximo año buscarán clasificar entre los cuatro que irán al Mundial de Alemania 2018, tarea titánica si se tiene en cuenta que competirán contra selecciones como EE.UU., Canadá, Colombia, Brasil o Argentina.
Esta selección salvadoreña estuvo a punto de no viajar a jugar este Centroamericano a Costa Rica. Con un presupuesto de 25 mil dólares para todo el año, de los cuales un 50% se va en gastos de salarios de empleados, contador, auditor y agua para los atletas. Y el otro 50% está programado para el desarrollo de jóvenes y eventos.
La conmovedora historia del capitán de esta Selección
Solo había “resto” en ASADESIR (Asociación Salvadoreña del Deporte sobre Sillas de Ruedas)para la inscripción de 4,800 dólares. Pero faltaban la compra de boletos y la indumentaria. Se solicitó un apoyo adicional al Indes;no hubo respuesta. Con tal de viajar y participar, los jugadores estaban dispuestos a irse a Costa Rica vía terreste. Hasta que por medio del Comité Paralímpico, la empresa Veca donó los boletos aéreos. Y la Alcaldía de Santa Tecla dio las camisetas. Con la incertidumbre a cuesta, viajaron. Perdieron los dos primeros partidos. Pero se recuperaron y sorprendieron al local y a Nicaragua. Y clasificaron.
Para Colombia no hay que perder tiempo. Y Juan García, presidente de Asadesir, comenzará desde esta semana la gestión y la búsqueda de fondos. Dentro del rectángulo de juego estos fenomenales deportistas respondieron a lo grande. Habrá que responderle a ellos desde afuera.