“Más y mejores oportunidades de desarrollo, esparcimiento, recreación y generación de identidad nacional, a través del deporte”. Esto lo dice el Profesor Jorge Quezada, como presidente, en la página oficial del INDES. Según el Instituto Nacional de los Deportes, su política debe “promulgar mecanismos de compensación para garantizar la protección y estímulo para los deportistas y personas con méritos relevantes en aspectos deportivos”.
Este último mes dos investigaciones periodísticas determinaron que en este 2016, el INDES gastará 48,950 dólares en pagos de publicidad directa a once periodistas y otros 312,343 dólares en canastas navideñas para sus empleados. Son 361,293 dólares gastados en propósitos muy lejanos a la generación de identidad nacional a través del deporte. Desviados de algo que estimule a los deportistas con méritos relevantes.
Fui deportista, lo que lleva al límite mi grado de indignación. Un organismo del estado capaz de gastar el 3% de su presupuesto en rubros sin influencia directa para el deportista. El Instituto Nacional del Despilfarro – INDES. Me atrevería a pedirle al Profesor Quezada y a quienes le acompañan en su Junta Directiva, que renuncien a sus cargos.
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Comprobada falta de dirección han mostrado en los últimos años como argumento a la exigencia. Le han dado continuidad a una institucionalizada forma de gestión, en la que el deportista ha quedado lejos de la prioridad.
El abandono de las instalaciones deportivas y el olvido de la preparación de los atletas nacionales ha sido el resultado de las últimas tres administraciones del INDES. Le pediría a Quezada que renuncie, pero no está solo. Detrás de él y su nefasta administración ha estado gente del deporte que se ha olvidado por completo de lo que significa ser deportista.
Solicitaría la renuncia del presidente del INDES pero luego recuerdo que quien llegue a sustituirle será nombrado por la actual Casa Presidencial. Su demostrada ineptitud para gestionar gobierno la pondrían en práctica a la hora de elegir a un nuevo presidente del INDES.
Podría ser tan malo el remedio como la enfermedad. Mejor es pedirle a Quezada que recuerde como era el deporte en los 80 o 90, cuando él cubría periodísticamente los eventos deportivos para el canal del Estado. Seguro que lo recuerda y quizás lo hace con nostalgia. Está llevando el deporte nacional de este año 2016, hacia aquellos niveles.
En canastas y mentas han gastado lo que pudo ser invertido en la preparación de los deportistas, en la adquisición de implemento deportivo, en la reparación de escenarios en precarias condiciones. Con ese dinero se puede cubrir hasta siete veces el costo del viaje de la Selección de fútbol playa a los Juegos Bolivarianos en Chile.
Esa selección, capaz de unir a todo el país detrás de su causa, capaz de enorgullecer como ninguna otra. Esa selección que genera identidad nacional, no tiene recursos para viajar a una competencia, pero en el INDES hay mejores oportunidades, para continuar con el despilfarro.