El Alianza-Águila despertó mucho interés en las aficiones y será el partido más visto de la fecha, sin lugar a dudas.
La parte de sol general estaba llena en un 80 por ciento por la afición local, mientras que la de Águila también llegó en buena cantidad, aunque menor. Sin embargo, siempre hay pelos en la sopa.
Primero, antes y durante los actos protocolarios, algunos aficionados de Águila quemaron pólvora, algo que está prohibido y que la federación ha estado sancionando con multas, castigos que, por lo visto durante toda la campaña, no son lo suficientemente duros para hacer entender a las personas, que se rebuscan para ingresar las luces y bengalas de manera clandestina.
Ya hubo hasta un muerto en el país y varios heridos, pero la gente sigue sin comprender, y sin entender que también afecta las arcas de sus equipos, que son los que terminan pagando las multas.
En cuanto al himno nacional, invitaron a la cantante Joan Alfaro a entonar las notas, y la joven artista cumplió con profesionalismo. En las gradas, sin embargo, los hinchas albos insistieron en gritar “Aaaalianzaaa” en la parte del himno donde va la palabra “consagrar”, como hizo Thoshi en el partido anterior, ante UES.
En medio del cotejo, también hubo otro punto negro. Es que seudoaficionados de Alianza y Águila comenzaron a insultarse, a increparse, cuando corría el minuto 27.
Lo único que evitó problemas mayores fue que se dio entre la malla separadora del sector de sol general con el de sol preferente sur.
Se lanzaron de todo ante la mirada pasiva de los policías, algunos de los cuales estaban en el sector de Águila.
Pasados dos minutos de agresiones, por fin comenzaron a acercarse los policías para pedirles a los aficionados que se alejaran y dejaran de lanzar objetos.
Y el último punto negativo fue que al final del encuentro, algunos aficionados, entre los de palco y sol preferente norte, se lanzaron objetos. No aprendemos.