¿Qué pasó con “Chalo” Henríquez?

Gonzalo Henríquez, campeón nacional con FAS y Atlético Marte, y también a nivel de la Concacaf con el equipo tigrillo catalogado por muchos aficionados como el cuadro de ensueño.    

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Foto Por César Najarro

Por César Najarro | Twitter: @Cjnajarro

2016-12-18 9:18:00

De niño, Gonzalo “Chalo” Henríquez respiraba fútbol como cualquier niño. Se levantaba pensando en jugar, y se acostaba con el mismo deseo. Inició en la calle, en la escuela, entre amigos, pegándole a lo que fuera, y armando pelotas de trapo. 

Entre los 7 y 8 años, formó parte de un equipo de barrio que participó en el torneo El Tamarindo, En Santa Ana. Ahí inició de arquero, la posición que más amaba. “Recuerdo que el equipo no hacía goles. Entonces le dije al entrenador que me pusiera adelante, y ya nunca más regresé al arco”, cuenta.

Luego empezó a buscar formación deportiva mientras seguía estudiando, y entre los 12 y los 15 años fue dirigido por don Simón Vásquez (Q.D.D.G.), quien fue una influencia muy positiva en él.

“Para ese entonces, los equipos referentes de Santa Ana eran el Excelsior y el FAS. Se me dio la oportunidad de jugar en Excelsior, con el que debuté en Primera División a los 18 años, entre 1972-73, pero lamentablemente el equipo descendió y luego desapareció”, cuenta.

“Chalo” pasó al Molino de Ataco, de la Liga de Ascenso, para el siguiente año, y en 1975, el presidente del equipo, Jaime Borja, quien también era el presidente de Universidad de El Salvador, le dijo que se fuera a probar al equipo, que lo querían ahí.

Henríquez se frustró porque el DT, Javier Cascaró, no lo conocía. “Dudó mucho de mí y no me inscribió, no me tomó en cuenta”, narra. Así que se dedicó a los estudios de lleno y a finales de 1975, un grupo de jóvenes de las canteras de FAS que ya lo conocían, como el “Bazuca” Peñate (Q.D.D.G.), “Coneja” Guardado, entre otros, le dijeron que se fuera a entrenar con ellos. En 1976, “Chepito” Castro, el DT, le dio una oportunidad. Ya lo había visto jugar en Excelsior y empezó en FAS a tener una carrera ascendente.

Con el cuadro tigrillo, se coronó campeón en 1977-78 (cuando el equipo cortó una racha de 15 años sin títulos), y repitió el grupo en 1978-79. Así mismo, tuvo la dicha de formar parte del grupo que logró el campeonato de la Concacaf. 

Para 1980, ya con los problemas políticos del país, recuerda que los futbolistas eran muy maltratados, y que surgió la idea de formar un sindicato. “Yo era el único que ya me había graduado del grupo, y todos los compañeros presionaron para que tomara la secretaría general del sindicato. Eso me marcó, fue una de las partes más dolorosas de mi carrera porque, aunque sólo duró tres meses el sindicato, me tildaron de guerrillero, y ningún equipo me quería inscribir”, recuerda.

Un grupo de jugadores del Alianza de los 80 presionó a la directiva para que lo contrataran. Pasó a jugar con ellos, pero nunca le pagaban. “Chalo” se cansó y le dijo a la directiva que ya no se presentaría a la semifinal. De nuevo tuvo que dejar el fútbol, hasta que a finales de 1981, el 11 Lobos ascendió y lo llamó. 

Para entonces, ya estaba en la Selección Nacional, en la que debutó en 1978 en la mayor. Sin embargo, lo sacaron de la eliminatoria por el tema del sindicato, asegura. 

Tras jugar en 11 Lobos, estuvo en Atlético Marte, con el que fue campeón en 1982, y fue finalista de la Concacaf. Y para 1983, pasó de nuevo al FAS. Regresó también a la Selección, pero se lesionó. Tras su recuperación, estuvo en CESSA (1985) y luego volvió a FAS para retirarse en 1987-88 como uno de los jugadores más polifacéticos, ya que fue arquero (de niño), delantero, volante (como más destacó) y hasta defensa central.

¿Qué hace?

Gonzalo Henríquez siempre llevó los estudios a la par, porque su objetivo siempre fue la ingeniería, aunque dice que siempre estará agradecido con el fútbol porque lo catapultó, y con Dios, por el don que le dio, más la disciplina para llevar ambas profesiones.

Henríquez se graduó en 1979, cuando estaba en FAS, y fue profesor del Centro Universitario de Occidente,  donde enseñó Matemáticas 1, 2, 3, 4 y 5, “gracias a la palabra mágica, disciplina”. Y cuando se retiró del fútbol, lo hizo también de la docencia y pasó a trabajar con la empresa Tapan, de Guatemala, como gerente de mercadeo regional. Desde entonces, se preparó con diplomados en mercadeo, gerencia financiera, ventas y seguridad nacional. Actualmente está en el grupo Qiempsa, con el que lleva la administración general.

Paralelamente, siempre ha seguido ligado al fútbol. Ayudó a la escuela Vencedores, donde estuvo su hijo Gonzalo y otros jugadores como Alfredo Pacheco, “Manotas” Castro, Marvin González. Colaboró con la escuela de Alfredo “Tajaniche” Erazo, de la que incluso formó parte de la junta directiva. Y también fue directivo en Candelareño y Marte. 

Además, buscó la presidencia de la Fesfut, para la que creó el proyecto “Por el despertar de nuestro fútbol”, un plan de trabajo para 10 años, pero poco fue escuchado. Asegura que valorará volver a buscar la presidencia, pero antes observará cómo están los estatutos y si algunas puertas se le abren.

Perfil y triunfos

Nombre: Rafael Gonzalo Henríquez Aldana

Datos: Santa Ana, 5 de octubre de 1953.

Edad: 63 años

Estado Civil: Casado, con tres hijos.

Deporte: Fútbol

Posición: Destacó como volante, aunque también fue delantero y defensa central. De niño jugó como portero.

Equipos: Excelsior, FAS (tres etapas), Molino (Ascenso), Alianza, 11 Lobos, CESSA (Ascenso).

Palmarés: Campeón nacional con FAS (2 veces) y con Atlético Marte. Campeón de la Concacaf, con FAS.