Selección de El Salvador: Las razones de un fracaso

Los múltiples errores que llevaron a la Selecta a quedar eliminada de las eliminatorias rumbo a Rusia 2018.

descripción de la imagen

El jugador salvadoreño, Nelson Bonilla, despeja el balón ante la marca de los jugadores mexicanos.

/ Foto Por Jessica Orellana

Por Gustavo Flores / Twitter: @Gusflores21

2016-09-06 5:11:00

El Salvador no quedó eliminado el viernes con el ‘mazazo’ que recibió en el fatídico segundo tiempo ante México. Mucho antes se habían tejido una serie de incongruencias y errores que tuvieron que ver con la desorganización, la desidia y la falta de sentido común que derivaron en una pronta y triste despedida. Un recorrido de sinsabores que no empieza con esta eliminatoria pero a los efectos de explicar este fracaso el punto de partida se remonta al 11 de junio de 2015 en Bassaterre, San Cristóbal y Nieves, el inicio de esta aventura que tenía como sueño el Mundial de Rusia.

Esta eliminatoria arrancó con el español Albert Roca como entrenador y una base de jugadores empeñados en limpiar el desastre dejado por los amañadores. El DT, hay que decirlo, no había sido una decisión del nuevo comité ejecutivo de Fesfut comandado por Rajo sino que había sido heredado de la anterior directiva comandada por Méndez Cabezas.


Lea también una respuesta desde El Salvador a David Faitelson


Un penoso empate 2-2 ante San Cristóbal fue el debut eliminatorio. Un partido que quizás se recuerde más por el amago de agresión del entrenador español al periodista Ernesto Espinoza de Canal 21 que por lo visto en el campo de juego. Después sí, una esperada goleada de local 4-1 donde se cumplió con las expectativas ante un rival menor y se avanzó a la siguiente fase. Pero…, siempre hay un pero…

Como Rubén Israel en su momento (en la mitad de las eliminatorias a Sudáfrica 2010), Roca decidió irse en el medio de este camino a Rusia 2018. Esta vez no fue como el uruguayo que lo hizo porque tenía un mejor contrato en otro lado (el club Libertad de Paraguay) pero el catalán, erróneamente, nunca reveló los motivos de su marcha. En los pasillos se dice que fue porque le iban a rebajar el sueldo, porque iba a aparecer una “nueva cláusula” económica en su contrato y hasta que se fue porque estaban hablando “debajo de la mesa” con el Zarco Rodríguez para reemplazarlo. Nunca lo blanquearon. La comparación con el entrenador uruguayo no es antojadiza: La Azul nunca fue prioridad para ellos, ni nunca se comprometieron con la causa Selecta. En definitiva, fue un error haberlos traído a ambos.

Ese alejamiento motivó enojos entre los jugadores y hasta hubo quienes se animaron a criticar públicamente a la Fesfut con una carta: “Estamos cansados que se nos corten procesos los cuales van por buen camino. Queremos que se nos respete el trabajo”, decía uno de los párrafos. 

Después llegó el Zarco, que estuvo menos de 20 días al frente de la Selección: del 21 de agosto al 8 de septiembre del 2015. El entrenador primero dijo que no era su momento y luego aceptó “para dar una mano en la crítica situación”. Ganó los dos partidos que dirigió ante Curazao, ambos por la mínima. 1-0 acá y antes 1-0 allá (Willemstad) a un equipo que tenía como gran figura…. a su entrenador, Kluivert. Tras la serie, el Zarco empezó a decir que tenía contrato con Metapán, que debía ver si ‘lo prestaban’. Pero también se enojó porque, según él, estaban hablando “debajo de la mesa” con Maradiaga. Algo parecido a lo que habría pensado Roca en su momento pero el Zarco se animó a decirlo. A favor de Rodríguez queda que quiso jerarquizar las condiciones de la Selección (tuvo encontronazos con los directivos) y trajo de asistente a un entrenador que puede aportar mucho a El Salvador: Hugo Pérez. Cuando se fue dijo: “Gracias a Dios estamos fuera de la Selección”. 

Nuevo ciclo, el tercero en eliminatoria. Insólito: un técnico por fase. Llegó Ramón Maradiaga, un técnico que traía en su currículum haber dirigido a las selecciones de Honduras y Guatemala pero terminó cumpliendo la peor actuación de un entrenador al frente de la Selecta (11 partidos sin ganar). Su llegada llegó con frases rimbombantes: “Después de Rusia 2018 vamos a firmar contrato hasta Qatar 2022”; “Visualizo a El Salvador como primero de grupo” o “Le vamos a ganar a México en el Azteca”; 

Su comienzo en eliminatorias no pudo ser peor: rebelión de los jugadores por mejores condiciones y bono por convocatoria. Pésima respuesta dirigencial: hacer público el pedido y sanción a los seleccionados. Si hubo disparates en toda esta historia, ese fue el mayor: atentó definitivamente contra las posibilidades de llegar a la hexagonal. Se escribió en aquel momento y se repite ahora: la clasificación empezó a perderse ahí. Dejando de lado el compromiso del Azteca (0-3 lógico), El Salvador debió contar con sus mejores jugadores en el juego ante Canadá de local, pero estaban suspendidos. Si con un equipo alternativo se empató (0-0) no es ilógico pensar que con el plantel completo se podría haberle ganado. Había un antecedente cercano: ambos equipos se habían medido en Copa Oro y El Salvador (dirigido por Roca) había sido claro dominador aunque el partido terminó empatado. En definitiva 1 punto de 6 en la primera doble fecha y todo cuesta arriba.

Llegaron las excusas de Maradiaga y la famosa “calculadora”. Llegó Honduras (al que supuestamente el entrenador conocía al dedillo) y hubo planteamientos poco audaces de apostar siempre al empate aún necesitando la victoria. Y fue empate (agónico 2-2) de local contra Honduras y fue derrota clara en San Pedro Sula (2-0). Otra vez 1 punto de 6 ante los hondureños y la eliminación cada vez más cerca. ¿Qué declaró el DT? Que El Salvador seguía jugando bien y que la calculadora le seguía dando chances.

Antes de esta última doble fecha frente a México y Canadá, llegó el infaltable cortocircuito DT-dirigentes. Así como con Roca y Zarco, la Fesfut se encargó de ponerse en contra también a Maradiaga a quien le adeudaron sueldos, no lo apoyaban públicamente y hasta no le daban transporte para ir a ver los partidos de la liga local, etc, etc.

Llegó México al Cusca. Algunos creían (creíamos) que todavía se podía. Un Cusca al 80 por ciento también tenía esperanzas. La ilusión duró 45 minutos, quizás el mejor primer tiempo de la era Maradiaga. Después llegaron los peores 45 minutos de esa misma era con cambios incomprensibles, otra vez. Maradiaga se fue entre insultos y rechazos. El ‘mazazo’ de México (al fin una declaración coherente de Maradiaga) fue el golpe final. Falta el trámite en Canadá pero nada cambiará. La decepción continúa con otra eliminatoria perdida, de otro mundial por televisión. La frustración de no ir a un Mundial tendrá por lo menos 40 años (se cumplirán en Qatar 2022). Pero por este camino de descuidos y desaciertos podrían ser muchos más.

El hombre es el único animal que no tropieza dos veces con la misma piedra. Atentos en Fesfut porque van muchos tropiezos y la piedra sigue ahí…