La pésima moda de los dirigentes de Primera

Como alguna vez sucedió con la rebaja de sueldos a los jugadores si no ganaban, hoy se ha puesto de moda el disparate de los ultimátums a los entrenadores en la Primera División.

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Acciones del juego entre CD UES y Alianza FC por la novena jornada del fútbol salvadoreño

/ Foto Por EDH / Jorge Reyes

Por Gustavo Flores / @Gusflores21

2016-09-22 10:17:00

En tiempo de crisis, cualquiera es rey. Será por eso que los dirigentes de Primera División se creen amos y señores de los equipos que comandan y de los jugadores y cuerpos técnicos que ellos mismos eligieron, para humillarlos en público y sin ningún prurito.

Una muy fea costumbre ha resurgido en las últimas fechas del torneo Apertura salvadoreño. Y es la de esa especie de “ultimátum” a los entrenadores. “Si no gana el próximo partido, se va”, se repite en varios equipos de la Primera División, como si los dirigentes se esmeraran en copiar lo peor de sus pares. Pasó con Mario Martínez en el Firpo, hoy pasa con Kiko Henríquez, algo parecido sufrieron Sevilla (campeón en Dragón) y Alonso (Chalate). Hasta Daniel Fernández en el Alianza sabía que se iba a ir del cargo bastante antes de dirigir su último partido. La mayoría lo sostiene en público sin respetar en lo más mínimo el trabajo de sus propios técnicos.


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En Sonsonate, un caso absurdo. El presidente de Primera, en condiciones no aptas para un dirigente según cuentan testigos, despidió a su entrenador tras un partido. Pero al día siguiente “se arrepintió” y el DT volvió al trabajo. El equipo después de ese episodio, ganó sus dos partidos. No faltará el afiebrado que sostenga que los triunfos se dieron por ese “tirón de orejas” y por la actitud de sus jugadores. Es de pensar, entonces, que con esa actitud, Sonsonate ganará todos sus partidos. Lógica dirigencial.


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Pocas excepciones a esta regla del corto plazo del fútbol nacional. Alguna vez fue Juventud Independiente con Ramón Sánchez, Santa Tecla con el Pichi Escudero y Metapán, primero con “Bochinche” Portillo y hoy con el “Zarco” Rodríguez. Resultados a la vista, en cuanto a títulos y, en el caso de Opico, jugadores surgidos de allí (hermanos Cerén, Valdez, Rugamas, Rodrigo Rivera, Portillo, etc) Y se acabaron los ejemplos de proyectos sostenidos en el tiempo y el afamado pero nunca aplicado “largo plazo”.

Antes había otra especie de máxima dirigencial que se podría sintetizar así: “si no ganan, se les bajará el sueldo a los jugadores”, como se eso garantizara el éxito deportivo. Hasta había periodistas que sostenían semejante disparate, además de ilegal. Algo así resurgió con Peraza, quien tras una deuda con el plantel de Chalate, se dio el lujo de no cumplir con lo pautado y luego decirles a sus jugadores “les pago pero ahora quiero resultados”. Con ese pensamiento es de pensar que en Noruega, donde todos los equipos están al día, deberían ganar todos en todas las fechas. Hoy la moda pasa por el ultimátum a entrenadores de parte de quienes rigen los destinos futboleros de El Salvador, como si esa amenaza pudiera cambiar la forma de trabajar de los técnicos o fuera un “hechizo” mágico para conseguir el triunfo.

Dime que dirigentes tienes y te diré como está el fútbol.