Hemos leído y escuchado que planificar es la base fundamental para lograr éxito en la competencia deportiva, y hemos elaborado descripciones teóricas, numéricas y gráficas de lo que haremos para un torneo, un año o hasta en cuatro años. Para elaborar ese documento hemos recurrido a Matveyev, Fidelus, Vergoshanski, Bompa y a revisar planes anteriores.
Debemos comprender y modificar esa planificación direccionándola a los jugadores y a los resultados competitivos, en una verdadera comunicación con todo el cuerpo técnico. Formar jugadores no es hacer un pantalón en donde uno confecciona los ruedos, otro las bolsas y otro los zípers; requiere unidad permanente entre el cuerpo técnico. “La planificación no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes”.
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Lo más importante dentro de una planificación son los bloques semanales, los microciclos (como los concibió Matveyev); si es posible, puedes extenderte a dos bloques (en base al calendario de competencias). Todo lo que planifiques y realices debe estar al servicio de las directrices tácticas para el siguiente juego, es decir, lo físico, lo técnico, lo volitivo y lo actitudinal, y recuerda que “no hay semana de trabajo que tenga más importancia que la otra, que cada juego es una meta final y un punto de partida y que el entrenamiento surge del juego para regresar al juego”.
Planificar, entonces, tendrá un significado vivo, emocionante y real para el jugador y para el cuerpo técnico, y tendrá claro “que entrenar no es lo más importante, es entrenar y que sea captado por el jugador para que lo lleve a la competencia en una forma eficaz”. Es sumamente difícil lograr objetivos útiles para el éxito si le pones mayor atención a decir: mis jugadores en segunda vuelta andarán por el 80 %, fulano ya anda por el 40 %, mi cenit o pico espero lograrlo en el tercer juego de la semifinal, eso pareciera clarividencia y en el deporte eso no cuenta; lo que vale es si ganaste o perdiste en el juego en turno. Si no se pone la total atención al bloque semanal o microciclo, de seguro al llegar al supuesto cenit ya serán otros los entrenadores. Y recuerda lo que dice Owen Dell: “Lo que haces habla tan alto que no me dejas escuchar lo que dices”.
Planificar es predecir lo que va a ocurrir en el corto plazo, esto no es sólo una señal de inteligencia sino que un requisito imprescindible para sobrevivir. Planificar no es tirar líneas, curvas y fórmulas para predecir el futuro; planificar no es ver al cielo parado en arenas movedizas. Planifica con lo que tienes y demanda lo que te falta, pero no sustituyas el trabajo físico-técnico- táctico por lo que demandas.
La planificación dentro del entrenamiento deportivo deberá plasmarse en hechos, puesto que así serás juzgado, cuando planifiques para deporte de desarrollo, deporte recreativo dentro de la escuela, la academia de fútbol, el centro de desarrollo puedes hacerlo aplicando diseños a largo plazo; pero cuando se trata de deportistas en equipo incorporados a una alta competencia se debe ofrecer todo al bloque semanal o microciclo. Hay que aprender haciéndolo Y recuerda “me lo contaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí”.