Dicen que se la pasan hablando todo el partido. Apenas se han cruzado en dos partidos, pero han sido suficientes para que cada uno guarde un recuerdo muy relevante del otro. Sebastián Abreu dice que él le habla con el reglamento bajo el brazo. Joel Aguilar Chicas dice que Abreu es siempre muy respetuoso. Lo siguiente no habla sobre un encuentro con ellos. Es el resultado de encontrarme con ellos en distintos momentos de mi más reciente visita a San Salvador. Coincidencia que me hizo reflexionar que en nuestro medio futbolístico tenemos elementos cuyas experiencias merecen ser aprovechadas.
Si es por el entusiasmo con el que se refiere a los meses que ha jugado en el fútbol salvadoreño, claramente Abreu no ha llegado para despedir su carrera. Considera que hay una capacidad técnica muy grande en el jugador nacional, pero le falta desarrollar, y concuerdo plenamente, una cultura de fútbol que permita aprender los valores tácticos del juego. Al Loco le gusta la historia del deporte que practica y se divierte recordándola. El domingo ejercitó esta virtud con un asado entre uruguayos. Es un convencido que de esa historia se crea la cultura del juego. De revivirla y aplicar las enseñanzas que va dejando. Para Abreu, Aguilar Chicas es un gran árbitro. Hablan tanto dentro del campo que quizás mejor les vendría tomarse un café. Al menos eso les dicen el resto de jugadores.
Al árbitro Aguilar Chicas me lo encontré ya de salida. Dice que Abreu le cuestiona, pero con el conocimiento del reglamento como apoyo a su argumento. Que, por la seriedad con la que Abreu juega sus partidos, no ha llegado a El Salvador a decirle adiós al fútbol. El mejor árbitro de CONCACAF en el 2015, es salvadoreño. Por si se nos olvida. Una profesión ingrata que apenas recibe reconocimientos. Hacer cumplir el reglamento en un campo de fútbol. Algo que sólo satisface a los aficionados cuando la decisión del árbitro les favorece. Como decir que un árbitro solo es bueno si pita a favor de nuestro equipo. Aguilar Chicas me habló de reglamento, con una tremenda disposición por ilustrarme al respecto. De sus experiencias y del respeto que en otros países tienen por su trabajo.
Al Loco Abreu, después de veintidós equipos, le sobran anécdotas pero sobre todo le sobran ganas de compartirlas. Solo beneficiaría a nuestro fútbol que de una personalidad tan entregada a su profesión, algo se pudiera aprender. Lo mismo que Joel Aguilar Chicas, después de dos Mundiales dirigidos, le sobran experiencias que solo podrían hacer mejor el arbitraje nacional. Entre ellos se respetan mucho. Ojalá el medio nacional los respete a ellos, a cada uno en lo suyo. Con ambos me encontré en lugares muy distintos y los dos se ocuparon de hablar del otro en muy buenos términos. Escribir sobre esto me pareció una buena forma de hacerles un homenaje.