Juan Diego Turcios: “Voy a Río a darlo todo???

El judoca enfrenta sus primeros Juegos Olímpicos con la mejor actitud posible pese a las adversidades, y a no tener siquiera un entrenador

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Foto Por edhdep

Por César Najarro | Twitter: @cjnajarro

2016-07-10 6:38:00

Diego Turcios saca un galón de agua del congelador. “Me tomo dos de estos en el día”, me dice. Yo pienso que la cantidad es un poco insana, pero el calor del “horno” en el que estamos me hará cambiar rápidamente la percepción.

Estamos en la Villa CARI, ahí donde entrenan múltiples atletas del país de varias disciplinas deportivas en condiciones de casi nula ventilación.

Turcios, de 23 años, calienta un poco, estira, sube cuerdas, arrastra llantas, practica movimientos y caídas, y hasta visualiza una posible pelea en el tatami. Está sólo. La gran mayoría de los judocas se han ido a Guatemala, así que no tiene a quién enfrentar esa tarde. De todas formas, en general, entrena sólo. No tiene un entrenador en específico, pese a ser uno de los atletas que ha clasificado a los Juegos Olímpicos.

En estos días, existía (o existe, quizás), la posibilidad de que vaya a un campamento a Brasil, aunque el tiempo corre y no hay certeza total. Al menos, a él no le han confirmado nada. Quizás pueda ir a Estados Unidos. Esa es su esperanza para estos días, para el ganador de plata en el Open de San Salvador Panamericano, de hace unos días, y de un bronce en el PJC World Cup, de 2012, en la división de menos de 81 kilos.

¿Cómo vives el momento de estar ya menos de un mes de los Olímpicos?

Bueno, ya a estas alturas estamos en los últimos detalles, haciendo lo más que se pueda, preparándome aquí, buscando un poco de entrenamiento en el extranjero. Capaz que me voy doce días a Boston previo a los Juegos. Luego regresaría aquí ya sólo para condición física, nada muy exagerado.

Por lo demás, contento de ir a unos Juegos Olímpicos, algo que había querido desde hace bastante, y se logró. A veces las cosas no salen como uno espera. Me hubiese gustado tener un equipo, o un entrenador que estuviese conmigo que esté de la mano, que tuviéramos buena planificación, buena comunicación. Pero bueno, siempre hay obstáculos y hay que superarlos. Hay que adaptarse y superarlo.

Lo bueno que logramos la clasificación a los Olímpicos, a un mes de pisar el tatami y hacer un combate, podría ser un combate o más. Pero siempre vamos pensando en la primera lucha, en el primer contrincante, y las cosas paso a paso.

¿Te imaginabas llegar tan lejos cuando comenzaste el judo, pese a las limitantes no sólo económicas de nuestras federaciones sino de organización?

Sí, al principio, uno hace planes y piensa que no va a haber limitantes, ni obstáculos, y eso uno los va viendo en el camino. Hubiese querido ir a los Olímpicos en el 2012, y no se me dio la oportunidad, y siempre pensé ir más joven que ahora (tiene 23 años). Siempre pensé que iba a ir de unos 19 años, y capaz que Londres era la más recomendable, pero no se pudo dar. No me tocaba mi momento. Perseveré, dije que iba a probar una vez más, y a dar el último esfuerzo para ver si lo lograba, y gracias a Dios lo logré. Con 23 años, creo que soy el más joven en clasificar a unos Olímpicos del país.

¿Cómo es la situación en otros países?

Nadie la tiene fácil, no sólo porque un atleta es de Alemania, no, todos tenemos nuestras adversidades y tenemos que saberlas superar. Así es y tenemos que saber vivir con eso.

¿A dónde te proyectas?

Me lo pregunta mi familia. Hace poco me he rehabilitado de todas mis lesiones, hasta hace poco estoy volviendo a entrenar con cero lesiones (entre otras cosas, se quebró una mano y fue operado de una clavícula dislocada) y eso me gusta. Hacía mucho que no entrenaba sin sentir una lesión.

Seguir hacia 2020 estaría grandioso, pero estaría más grande. Y en la medida que uno va creciendo, quiere tener sus cosas, por lo menos tener un salario estable. Nosotros como atletas no tenemos un salario estable, creo que es el más inestable que hay (tiene un retraso en su beca de casi seis meses, beca que apenas supera el salario mínimo). Entonces, eso a veces nos hace pensar también. Si por mí fuera, yo seguiría dos ciclos olímpicos más, llegar a unos terceros Juegos Olímpicos. Pero con todo nuestro ambiente que nos rodea, dudo un poco, y no saber y no tener algo seguro. De mi parte, tengo todas las ganas y disposición, incluso estos Juegos de Río son para mí los que me van a enseñar, cómo es el ambiente, el escenario, y mis Juegos Olímpicos realmente donde podría tener una gran oportunidad, obviamente con apoyo, y con las instituciones correspondientes, sería en Tokio. Creo que podría llegar y con una buena preparación, llegar a hacer algo muy bueno.

¿Vas con esa visión de aprendizaje a Río?

Yo voy a estos Juegos con toda la disposición, a dar todo lo que tengo, y todo lo que he entrenado. Soy una persona muy peligrosa, no soy medallista mundial, pero la gente que me conoce, sabe que al entrar al tatami se deben de cuidar porque soy peligroso, he lanzado a medallistas olímpicos, mundiales, y he asustado, no me tienen de menos. A veces entran con más cuidado porque saben que puedo sorprender.

Voy con la mentalidad de darlo todo, si voy a hacer una lucha o dos, o tres, no voy a dejar nada para el regreso, voy a salir, y voy a decir di todo. Y si se puede mejorar, yo sé que se puede mejorar, sino seguimos y ver qué proyectos hay para seguir en esto.

A veces el deporte es algo injusto porque sólo premia a los que suben al podio. Pero detrás hay una historia de alguien que se ha esforzado, aunque no haya ganado medalla. Tú estuviste un año fuera del país entrenando y haciendo sacrificios. ¿Cuéntanos cómo ha sido para ti esta experiencia?

El atleta salvadoreño siento que no está siendo apreciado como debería serlo. Nuestra gente no nos valora, no nos ven como nos ven en otros países. En Argentina algunos me ven como un ídolo, les gusta mi judo, mi forma de ser, me ven como un ejemplo a seguir, y todo eso motiva. Entonces, volver a mi país, y que algunos no lo vean de esa manera, sino que me vean como un vago o como alguien muy diferente de lo que soy, sí indigna un poco.

Pasamos muchas adversidades. Lo otro es lo económico, que siempre ha estado. Creo que El Salvador ya dejó de ser un país subdesarrollado, creo que tenemos la capacidad para tener un buen equipo, y dejar de pensar también sólo en Juegos Centroamericanos, y proyectarnos mucho más allá, con Juegos Panamericanos y Juegos Olímpicos, Juegos Mundiales. Pero eso no va a cambiar hasta que nuestra propia gente nos empiece a querer, nos empiece a valorar.

¿Cómo ves el futuro en ese sentido?

Todo atleta va de pasada, y las nuevas generaciones no están siendo motivadas. Nos ven cómo sufrimos nosotros, cómo la pasamos mal a veces, y aun así estamos aquí. Pero eso lo ven y dicen mejor me voy a lo seguro, o a estudiar, y eso es importante también. Pero hacer deporte e ir a unos Juegos Olímpicos es algo que sólo puedes hacer de joven. A veces la gente dice que lo harán después, cuando trabajen, y tengan tiempo, pero eso es una idea errada. Eso es posible cuando estás en la Universidad, en el Colegio, cuando estás estudiando. Ya trabajando es muy difícil.

Creo que deberían de apreciar más como atleta, no toda la gente nos ve así, pero sí la mayoría. Así que yo mando un mensaje para las personas que nos conozcan más, que no sólo vean la foto, sino atrás todo lo que hacemos, nos levantamos temprano, nos cuidamos con la comida, casi no salimos, y si salimos todo con moderación. También somos personas.

Creo que los dirigentes, las personas encargadas, deberían de vernos más como estrellas. Vos acá sabés quién es Michael Phelps, ¿por qué no tenemos así aquí a nuestros atletas, que cuando digan Julio Salamanca (pesas), se sientan orgullo y digan nuestro atleta es lo mejor?, y eso no lo va a cambiar nadie. Diego Turcios, que sepan que hace judo, o que digan es buena persona. Nosotros también tenemos lo nuestro, creo que debemos de dejar de ver más allá, y empezar a ver lo que tenemos, tenemos calidad también, imitar más lo bueno pero hacerlo aquí.