Nuestras árbitras

Poco a poco y, cada vez más, las mujeres han cobrado un rol importante en el arbitraje del fútbol salvadoreño, tanto en partidos de ligas locales como a nivel internacional

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En el juego entre México y Estados Unidos en Texas, Emperatriz Ayala y Mirian León.

/ Foto Por Mauricio Cáceres

Por Mauricio Cáceres

2016-07-10 9:55:00

La puerta para que las mujeres entraran al arbitraje en El Salvador la abrieron ellas mismas, a pesar del viento en contra y las mentes cerradas. A mediados de los 90, réferis como María Cecibel Ortega y Patricia Pacheco, entre otras, iniciaron la ruta. “Comenzamos en las infantos juveniles y en partidos burocráticos en 1995 como árbitras”, cuenta Pacheco. 

Para 1998 ya ejercían como enlutadas con el aval de la Federación Salvadoreña de Fútbol, y comenzaron a pitar en Tercera División. “En esa época solo hombres pitaban porque no había torneos de mujeres. Así que nos mandaban a arbitrar reservas y fue muy difícil al principio, pues la gente no estaba acostumbrada a ver mujeres dirigiendo en las canchas”, explica Patricia.


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Había rechazo. Muchos aficionados se incomodaban ante presencia de las mujeres con silbato y algunos árbitros se negaban a dirigir junto a mujeres. “Pero, cuando se dieron cuenta de nuestra capacidad, ya nos enviaban más seguido. Era curioso, porque mucha gente llegaba para ver si era verdad que había mujeres dentro de la cuarteta arbitral”, añade Paheco

La puerta ya estaba abierta y ellas siguieron creciendo. Se dieron cuenta de que había mujeres dirigiendo a nivel internacional y se animaron más, hasta llegar a la actualidad, donde hay excelentes árbitras salvadoreñas que dirigen partidos dentro y fuera de nuestro país.

Tal es el caso de Mirian León, quien arbitra con regularidad en la Segunda División y que ya ha dirigido en importantes partidos y torneos a nivel internacional. “He pitado fuera del país en eliminatorias de la Sub-17, Sub-20 y Mayor, premundiales de la Sub-20 en Islas Caimán y premundial en Estados Unidos, todos femeninos”, comenta León. También ha pitado en Juegos Panamericanos en Canadá (2015) y dirigió la final de esas justas, que terminó Brasil 4-0 Colombia.

Mirian, quien está soltera y no tiene hijos, estudió Ingeniería en Sistemas y Redes Informáticas, y además tiene un técnico en Mantenimiento. Pero su vida es el fútbol: jugó en la selección femenina mayor durante ocho años, y tiene cuatro de tener escarapela FIFA como árbitra. Su trabajo principal es como silbante y no trabaja para ninguna empresa como ingeniera, pues gana lo necesario como jueza dentro de la cancha. Le gusta su carrera, pero no vive de ella: lo hace de su calidad como profesional del arbitraje. 

Mirian se entrena junto con todos los sus compañeros varones del oficio, sin distinciones especiales. Cuando pita, su semblante cambia y aplica mayor seriedad, sobre todo si dirige un juego masculino. Si lo amerita, no duda en mostrar tarjeta roja, y muestra personalidad a la hora de imponer su criterio en los terrenos de juego. 

“Estoy siempre en constante capacitación y entrenamiento para estar al día con el arbitraje dentro y fuera del país, ya que me toca salir muy seguido a partidos internacionales”, dice. De hecho, acaba de dirigir el amistoso entre Estados Unidos y Sudáfrica a nivel mayor, en EE. UU. Es un hecho: ellas rompieron los esquemas y son una realidad de la que todo el fútbol salvadoreño puede sentir orgullo.