COSTA DEL SOL. Ganar y divertir. Esa sigue siendo la consigna de la Selecta de Playa. Y en el debut de la II Copa Uncaf de Playa, en la que los salvadoreños buscan retener el título y mantener el reinado, la Azul cuscatleca puso una goleada de 11-7 sobre Panamá. Un inicio arrollador y un final con errores por corregir, pero que a la postre dejaron a los nacionales líderes del centamen centroamericano.
Los “guerreros” jugaron a divertirse, pero concentrados. Un esquema de rombo el que utilizó el técnico Rudis Gallo, bien marcado con Rubén Batres adelante, para que luego se le acercara Melvin Segovia; mientras atrás, con fortaleza, defendía tranquilo Heber Ramos.
El primer periodo fue motivo para las redes panameñas. La confianza en los playeros, en tener un buen debut ante una de las selecciones que comienza a crecer en la modalidad, era alta y nunca se acomodó. Los goles llegaron así muy rápido.
A prisa, apretó el acelerador Batres, quien al minuto uno ya ponía de tiro libre el 1-0. La alegría era contagiosa entre los jugadores, por lo que Segovia trató de poner su sello dos minutos después, con un disparo que pegó en el travesaño. Sin embargo, tuvo su revancha a los cuatro minutos, con una definición en el área para el segundo.
Todos quería anotar y llegó el turno de Rafael Riso, quien ingresó de cambio, y de Herbert Ramos. Riso, quien debutó con la Azul de Arena, convirtió de tiro de penalti (5’); y Herbert hizo lo propio con un disparo de larga distancia, casi desde su puerta, que remató potente la portería de Adalberto Guzmán.
Siguió tocando la selecta playera, ante la petición de la afición de querer más goles. Se vio suelta en las rotaciones el equipo de Gallo, mientras los canaleros, con un esquema más tradicional, que esperaba bien atrás, se defendió mejor, recuperando oxígeno y yendo mejor a las marcas individuales.
Esto le permitió a Panamá jugar más y llegar hasta casi el cierre del primer periodo sin recibir más goles. Logró, eso sí, el descuento, con un toque en el área de Ali Del Cid (10’).
Pero la máquina encendida de la Azul nacional siguió con perfil alto e incansable, aún y con sus variantes que entraban y salían a la arena, como el caso de Darwin Ramírez que llegó con buen aporte. Esto permitió a El Salvador encontrar más goles al segundo periodo.
Una asistencia desde la derecha de Ramírez lo encontró Batres, y de chilena enmarcó el quinto, apenas en segundos de esa segunda mitad; luego, Herbert volvió a aparecer con su toque potente y casi calcó su primer tanto, para convertir su doblete de larga distancia (6-1); y el mismo Ramírez, de tiro libre, a los dos minutos, puso su toque con el séptimo.
Eran evidentes el control de pelota, las anticipaciones, las rotaciones salvadoreñas que hacían la diferencia ante una Panamá débil, que perdía balones e intentaba defenderse, y con un su portero Guzmán que sacaba sus reflejos y se movía en toda su área, tratando de rescatar lo que sus cierres dejaban suelto.
Solo Julio Watson consiguió el segundo panameño (7-2), después de un intento de rechazo de Ramos y que terminó siendo cómplice la base del poste izquierdo, para que el balón pegara y entrara a puerta. El descanso era necesario para que ambas selecciones volvieran a reordenarse.
Azul y presión
El periodo final fue distinto. El dominio nacional siguió con el grito de gol que nunca fue suficiente para la afición. Además, con el marcador holgado, hubo tiempo para que también jugara el portero Ever Coto, quien tuvo que cargar con cinco tantos en contra y que pusieron una pausa al buen momento de los salvadoreños.
Errores en su puesto y de desconcentración que el DT Gallo debe corregir, sobre todo, para el futuro. Aparecieron en los minutos dos y tres Darwin y Riso, cada uno con un gol que permitió poner 8-2 a El Salvador. El primero, con una definición al ángulo inferior el portero Adalberto Guzmán; y luego, Riso convirtió de cabeza.
Luis Quintero, Alberto Bultron, Ricardo Obregón, Gilberto Rangel y Eduardo Herrera intentaron acortar distancias, poniendo un poco de descontento a la afición nacional, con definiciones en el área a las que Coto no supo responder.
Sin embargo, no alcanzó para que los del Canal lograran la igualada, una no solo en goles, sino también en el rendimiento y en lo colectivo, en donde El Salvador sigue siendo solvente y con un sistema de juego conocido y manejable para los jugadores.
Eso mismo permitió que los “cangrejitos” consiguieran volver a la calma con los últimos dos tantos Darwin, quien anotó triplete, y Heber Ramos. Este es así solo un paso para El Salvador, que mañana enfrenta a Guatemala y sabe que no será fácil, en el camino para seguir reinando.