El futuro se llama Marcelo Acosta

El nadador es la carta fuerte del deporte salvadoreño. A cuidarlo.

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Acosta quedó 51 en la modalidad de 200 metros libres en el Mundial de Natación, Doha, 2014.

/ Foto Por EDH/Archivo

Por Por Gustavo Flores Twitter:@Gusflores21

2016-08-07 9:52:00

Fue el primer medallista salvadoreño en ganar una medalla en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Nanjing 2014. Se convirtió en el primer nadador de la historia de este país en clasificar con marca “A” para los Juegos Olímpicos. El sábado fue el mejor latinoamericano en una prueba que no es su fuerte, los 400m libres, donde ganó su serie y terminó en el casillero 22 entre 50 nadadores de todo el mundo.
Nada mal para un chico que acaba de cumplir los 20 años en Brasil, ¿no? 
La historia de Acosta con la natación está nutrida de  pasión, talento y perseverancia, tres requisitos indispensables para poder competir en la elite mundial con éxito. De pequeño solía acompañar a sus hermanos Mauricio y Rodrigo: no podían pararlo cuando encaraba para la piscina. Aprendió a nadar en “Pez Sierra” y a los 9 años se fue a “El Polvorín” bajo el mando de Oscar Moreno. Su competitividad lo llevó a ser el mejor del país y traspasar fronteras gracias al deporte.
Sus progresos lo llevaron a Estados Unidos, la meca de la natación, donde se entrena con el italiano Gianluca Alberani desde hace dos años. Siguió entrenando duro, sacrificándose. Y progresando. Aunque tiene su beca en la Universidad de Louisville, decidió quedarse entrenando en Florida.
El viernes tendrá su prueba de fuego, los 1,500 metros libre. Es su especialidad, también su mayor ilusión. Ya a los 13 años, en unos Codicader, la gente esperaba esos 1,500 metros para aplaudirlo, contó alguna vez su mamá Ester. Hoy espera con su tiempo de 15:13.09 dar la sorpresa y bajar la barrera de los 15 minutos, su gran meta. El mejor tiempo es el del italiano Gregorio Paltrinieri, con 14.34:04. Llegar a una final, donde están los ocho mejores del mundo es una meta fijada para el salvadoreño, aunque no sería decepción bajar su tiempo sin la recompensa de meterse entre los grandes.
Y si no tiene un buen día, el viernes, tampoco desesperar. Se lo debe cuidar y seguir dándole el máximo apoyo posible. Los que saben, dicen que en estas distancias de fondo, la edad ideal de los nadadores va de los 20 a los 24 años. Lamentablemente El Salvador ha sido ejemplo en desperdiciar grandes talentos, que dejan el deporte por el desinterés a su alrededor. Y por falta de grandes apoyos. Luisa Maida fue octava en tiro en Beijing 2008 y luego, cansada, ya no tiró más a primer nivel. Para que esto cambie, autoridades nacionales, deportivas y federaciones deben apostar a los grandes talentos. Y Acosta, a no dudarlo, es el futuro.