RÍO DE JANEIRO. Tras un par de horas de descanso, pero aún adolorido por los combates, Turcios nos contó su experiencia en sus primeros Juegos Olímpicos, los que esperan no sean los últimos.
“Desde que vine, traté de vivir todo lo del sueño olímpico, desde la comida, los entrenos, absolutamente todo, me sumergí en esto”, dice.
Sobre su primer combate, confesó que “al griego ya lo conocía, está entre los primeros diez del mundo, todo el mundo de mi división lo conoce, así que planeamos la estrategia con mi coach, y la verdad que nos fue súper bien”.
Diego agrega que “los dos waza ari fueron con técnicas que no las tenía pensadas, salen en microsegundos, son las más efectivas. En el último waza ari fue más todavía, es una técnica que hago en entrenamiento, porque ahí vos tenés más libertad, si caes no pasa nada, pero en competencia vas más a lo seguro. Fue algo de rescate, salió, fue arriesgado por la posición en que quedaba si fallaba;a veces tenés que tomar decisiones así, es menos de la mitad de un segundo en lo que uno hace eso, si dudas no te sale y perdés”.
Tras la victoria, derramó lágrimas de alegría. “La verdad que lo viví el momento, cada segundo del combate lo disfruté, y ese primer duelo más todavía; no todos los días ganas combates en Juegos Olímpicos, pero sólo un día cada cuatro años podés competir aquí, y eso si clasificas. Ese día no te lo regalan, te lo ganás durante cuatro años constantes, y ganar un combate aquí es increíble. He ganado muchos combates, pero esta ha sido la victoria más hermosa”.
Después, ya sabía que iba con el georgiano: “no tocaba más que sacar garra, más rayas de tigre; no podés intimidarte, sino te dejas ganar, y tenés que llegar con el doble o triple de fuerza del primer combate, y no funcionó. Pequeñas cosas faltaron, pero hicimos un combate de nivel mundial, nadie se esperaba que un salvadoreño ganara a un top ten. Es lo mejor, no le ganamos a cualquiera”.
En ese último combate, “tuve un pequeño levante de la uña, casi me la arranco, tuve que acudir al médico para detener el sangrado. Es algo normal. Pero súper contento, venía tranquilo, con buena actitud desde que vine aquí, no he salido ni una vez. Me concentré al cien, trabajando. Y ahora, sí ya puedo relajarme un poco. Me ayudó mucho la concentración, vine con un objetivo. Obviamente hubiese querido avanzar más, pero creo que, con lo que traía, rompimos esquemas. No soy desconocido pero nadie se esperaba que avanzara”, valoró.
Y sobre su futuro, adelantó que “es un tema muy delicado, tengo todas las ganas de hacer otro ciclo olímpico, llegar a Tokio 2020, ahora con mucho más ánimo, ganas de entrenar. Ahorita, por un tiempo a descansar, el cuerpo lo necesita, ando un par de lesiones, no graves; y sí tengo toda la disponibilidad de hacer otro ciclo olímpico, quizás mejor que este. Los primeros juegos son lo más difíciles, y venir acá y ganar mi primer combate, y en el segundo dejarlo todo, y hacer un tremendo papelazo, creo que es bueno. Luego se verá cómo se trabajará en los próximos años. Primero Dios las puertas estén más abiertas, y haya más condiciones y sea más fácil”.
Al consultarle si ya habló con su familia, dijo que “mi hermano me dijo que toda la gente está súper loca con los vídeos, tengo el facebook que no puede más, no puedo responder a todo el mundo ahorita, tampoco tengo mente, quiero descansar, comer, distraerme. Mi papá seguro está más contento que yo”.