Karina Arrué, la salvadoreña que conquistó Perú

Una vez más la montañista cuscatleca ondeó la sagrada Azul y Blanco en otro pico del planeta. Perú lo atestiguó

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Foto Por edhdep

Por Roberto Leiva | Twitter: @RobbieRuud

2016-08-11 3:17:00

Karina Arrué sigue acumulando éxitos en su pasión por escalar y llegar a las cimas más altas del planeta. Tras una notable experiencia acumulada en Toluca, México, llegó el turno de otro exigente reto. Conquistar Perú.

“Al inicio estás cumbres peruanas serían para aclimatarse, pero por el calentamiento global toda la cordillera blanca ha sufrido cambios drásticos. Los glaciares están desapareciendo tristemente y las montañas que antes eran relativamente fáciles hoy en día se han vuelto técnicas”, cuenta Karina.

Para dimensionar la complejidad de la hazaña de Karina, hay que explicar que como consecuencia de todos esos cambios introducidos en la madre naturaleza. Por ejemplo, alguien que hace dos años tuvo la dicha de escalar el Vallunaraju (5686 msnm), lo encontrará más difícil de escalar este año, y seguro los siguientes.

“En los ascensos tuvimos que aprender a atravesar muchísimas grietas, algunas más tenebrosas que otras. Las partes que antes había nieve ahora es hielo frágil. Por ejemplo cuando pones el piolet se escucha un crujido muy fuerte se hace una grieta de donde lo pusiste y truena todo el hielo bajo tus pies. Esa parte fue la más difícil ya que aunque no quieras te asustas o piensas lo peor”, manifestó Karina.

Asimismo, detalló que tras las primeras dificultades luego hay partes que antes eran ascensos difíciles pero con fuerza de lograban, ahora (por el deshielo) desaparecieron, y uno entonces se enfrenta a paredes verticales donde se debe hacer escalada en hielo. “Porque somos “cuerudos” como decimos los hacíamos pero no teníamos los instrumentos necesarios para ese tipo de escalada, es decir,  piolets técnicos y crampones, instrumentos adecuados para efectuar escaladas.

Karina atravesó gracias a puentes de hielo de apenas unos 50 cm de ancho, grietas donde no pudo ver el fondo. Había aristas en terreno de rocas sueltas y arena de no más de 40 cm de ancho con longitudes de más de un kilómetro.

Normalmente para atacar la cumbre explica que junto a su grupo de escalada salió a media noche para estar “haciendo cumbre” entre 7:00 y 8:00 a.m. En una de esas noches perdieron el camino y de “premio extra” tuvieron que escalar una pared de roca para poder encontrar nuevamente la ruta. La escalada se dificulta, comenta Karina, ya que llevó botas rígidas, nada ideales para el desplazamiento en dicho terreno abrupto, tres capas de ropa para el frío y guantes gruesos. “Sería muy diferente si llevaras tus zapatillas de escalada y ligero de ropa y sin mochila con peso”, manifestó.

Karina explicó que tuvo junto a su grupo una aclimatación excelente. Dijo también que solo al inicio en la caminata de aclimatación en el pico Urush estaba un poco baja de oxigenación, sin embargo, al día siguiente el ambiente mejoró y manejó mejores niveles de oxígeno en su torrente sanguíneo, y su cuerpo lo agradeció.

“Cuando bajamos de Ishinca nos dimos cuenta de la triste noticia que el macizo nevado del Huascarán había cobrado la vida de 5 montañistas, 2 mexicanos, 1 español y 2 guías locales. Por lo mencionado del calentamiento global la montaña está muy inestable y se han creado peligros mayores que antes no existían. Hoy las avalanchas son más comunes que antes. Antes en la época alta para los nevados que es julio, no se escuchaba de avalanchas ni grietas como ahora. Eso pasaba en meses que no se sube la montaña. Ahora todo es distinto”, dijo.

Comenta también que poco a poco los guías contaron a todos los escaladores que mucho de lo que desde los pueblos se contemplaba como picos o laderas nevadas ahora solo están desnudos, exponiendo la dura roca que los forman.
Karina narra también que una noche fue junto a su grupo a acampar en los pies del Nevado Chacaraju, pero no que no logró conciliar el sueño tras haber visto cerca de ocho avalanchas durante el atardecer. 

“Algunas expediciones tuvieron que desistir del ascenso por las condiciones e igualmente muchas partes no se podía pasar porque sólo encontrabas hielo nada de nieve. Agradezco a la vida que me ha permitido lograr esas cumbres, tener mayor experiencia en alta montaña y volver a casa con la satisfacción de un sueño más hecho realidad”, finalizó.

Así, pese a la resistencia de la retadora e inhóspita tierra inca, Karina Arrué junto a su grupo, lograron escalar estas cumbres sanos y salvos: el Nevado de Ishinca 5530 msnm, el Vallunaraju 5686 msnm, y el Pisco a 5760 msnm.

Enhorabuena por el deporte salvadoreño, que no solo en Brasil tiene representación al momento, sino también en tierras peruanas, donde el relieve y las elevaciones plantearon alta resistencia a Karina, quién con mucha fe, paciencia, valor y maestría, logró sortearlas con mucho éxito y coraje.