La edad no es una barrera

A los 71 años, Víctor Mata disfruta del tenis de mesa como la primera vez, como cuando jugaba con paletas de palo y una 'triste' mesa en Apaneca, hace seis décadas y media.

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Víctor Mata, de 71 años, juega un partido del campeonato nacional másters de tenis de mesa. 

/ Foto Por Gerson Sanchez

Por César Najarro

2016-08-14 11:43:00

SAN SALVADOR. El deporte es vida, y eso lo tiene claro Víctor Mata. Abogado destacado, es uno de los que se da cita, cuando el trabajo lo permite, a los torneos Máster de la federación de tenis de mesa.

Este sábado, en su primer partido de la división de 60 años y más, cayó frente a Enrique Alfonso, en un apretado y largo duelo, por 2-3. 
Pero más allá del resultado, y una vez ha tomado un poco de aliento, este señor deja la seriedad y concentración del partido para recordar viejos tiempos. 

Fue entre 1960 y 1962 cuando conoció el deporte, en el colegio San Andrés, en Apaneca. Con paletas de palo improvisadas y “una mesa muy mala”, conoció el deporte, y se enamoró de él. “No teníamos profesor ni nada,sólo nos divertíamos con las paletas de madera”, cuenta con una sonrisa.

Víctor siguió sus estudios, se preparó, se convirtió en un destacado abogado y migró hacia Costa Rica, a donde forma parte del Colegio de Abogados. Ahí practicó el tenis de campo, y también el tenis de mesa, en partidos con colegas e incluso con uno de sus dos hijos. Ahí también fue creciendo en su carrera profesional. Ha trabajado en el área penal, constitucional y de derechos humanos. Incluso estuvo en una terna, junto con Óscar Luna y Jesús Ulises Rivas, para el cargo de Procurador para la defensa de los Derechos Humanos en el país, hace tres años.

“En 1992, regresé al país. Entonces, me incorporé a la federación y comencé a practicar y a tomar clases para poder jugar un poquito mejor, porque si uno no es competitivo, no se divierte, y aquí toda la gente es muy competitiva”, cuenta.

“Me volví a recordar de mis años de tenis de mesa. El tenis de campo es muy difícil de practicar, entonces, cuando regresé al país, me dediqué al tenis de mesa”, narra.

Para Mata, “el deporte para mí es algo adictivo. El ping pong (tenis de mesa) es adictivo; si uno deja de practicarlo, se siente mal, y uno vuelve, quiere seguir jugando todo el tiempo. Es un deporte cardiovascular muy importante, en el que uno tiene que tener muy bien los reflejos, tiene que moverse bien con las piernas, tiene que tener resistencia, buena vista, y es un deporte muy caballeroso, que no es de ningún roce personal, y realmente lo divierte mucho a uno”.

Para el experimentado atleta, “lo mejor en la vida es mantenerse en buen estado, el ejercicio es la base de la salud mental y física, y de los largos años, si es que la vida lo permite”.

Lamenta que ninguno de sus hijos siguió sus pasos deportivos, y con el que jugaba de vez en cuando en Costa Rica, “se fue a Europa, se quedó allá. Y el otro hijo tampoco jugó, así que me quedé sólo yo jugando”. 

Sobre sus expectativas del torneo Máster, cuenta que “a estas alturas del partido, la expectativa es jugar, no es ni ganar un trofeo. Es más, he ganado trofeos y después los regalo, porque son tan feos los que dan y no valen nada, después los tiro a la basura. Más que todo es el compañerismo, estar contento, y jugar, sentirse bien”. 

Mata le dio pelea a Enrique Alfonso, un poco más joven que él. Pero su trofeo es que se ha divertido como cuando era un niño.