Mariana Pajón se cercioró de que Colombia conquistara en Río más oros que en el resto de su historia olímpica, y de paso se consolidó como la máxima gloria de su país en estas justas.
Uno oro por cada 10 fracturas óseas es aproximadamente el promedio que tiene Pajón, aunque ella misma no recuerda con precisión cuántas veces se ha roto los huesos en el deporte predilecto de los traumatólogos-ortopedistas.
Pero su triunfo del viernes en BMX llegó con autoridad y sin percances, para entregarle una presea de oro que hará juego con la conquistada en 2012 en Londres. Ningún otro deportista colombiano tiene un par de oros olímpicos.
El título que consiguió Pajón hace cuatro años y el que conquistó la pesista María Isabel Urrutia en Sydney 2000 eran los únicos en las arcas colombianas hasta este año. En Río, la delegación obtuvo ya tres, contando los logrados por Oscar Figueroa en las pesas y Caterine Ibargüen en el salto triple.
“Esta ha sido la carrera de mi vida por muchas razones”, manifestó Pajón, que fue alentada por cientos de fanáticos colombianos en las gradas. “Por mi país, por todos los que han venido hasta acá, por todo lo que representa”.