Se terminó Río 2016. Con sus estrellas fulgurantes como Bolt, Phelps o Biles en primer plano. Con el fútbol olímpico al fin con Brasil en su lugar. Con la supremacía estadounidense en el medallero y la lucha rusa a pesar de las ausencias.
También, lejos de las luces y de la TV, de las cadenas internacionales “latinoamericanas” que solo daban cobertura a los atletas mexicanos, hubo un grupo de orgullosos salvadoreños. Que fueron a competir contra sus rivales y también contra el ya famoso “poco apoyo”, contra la desidia y el pesimismo. Hubo voluntad de hacer lo mejor; hubo resultados dispares.
Cumplieron y con creces el nadador Marcelo Acosta, el judoca Diego Turcios y el pesista Julio Salamanca, los tres en un hipotético podio salvadoreño.
Acosta fue 22 (de 46 nadadores) en su prueba fuerte, los 1,500 metros libres y terminó en la misma posición (de 50) en los 400m libres donde sorprendió a propios y extraños. A los 20 años recién cumplidos sus tiempos invitan a la ilusión con dos referencias insoslayables en el futuro: Panamericanos de Lima 2019 y Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Presente grande, futuro enorme.
Hacia allí también apunta el judoca Diego Turcios. Con una preparación que deberá estar a la altura de esos acontecimientos. Lamentablemente durante bastante tiempo de este ciclo olímpico no tuvo entrenador y debió arreglárselas solo. En Río compartió el noveno lugar con otros siete deportistas (de 33) en categoría hasta 81 kilogramos, ganó una pelea y le dio batalla al 1 del ranking mundial en el combate despedida. A los 23 años merece darle seguimiento y financiamiento especial.
Lo de Julio Salamanca también debe destacarse. A los 27 años fue el único con experiencia previa en Juegos Olímpicos y terminó 10 entre 17 pesistas en la categoría 62 kg, la segunda entre las de menos pesos en los Juegos. Con su presencia confirmada a último momento, no llegó a su mejor marca, le hubiera alcanzado para subir dos puestos más. Tiene fuerza de sobra para seguir.
Enrique Arathoon fue el representante de la vela. Fue tercero en una regata y terminó en el puesto 24 entre 46 en la clase Láser. Quizás abra la puerta a un deporte con poca tradición en el país.
En el debe quedaron los marchistas (Luis López descalificado y Yesenia Miranda sin terminar), Lilian Castro quien finalizó 44 y última en tiro 10m pistola de aire femenino y Rebeca Quinteros (18 años), 32a. en 400 libre.
Lejos de medallas pero con gran amor por el deporte y el país, merecen el apoyo de gobierno, dirigentes, aficionados. Tokio está a cuatro años y el trabajo no se debe descontinuar como ha pasado reiteradas veces. Es comenzar ya, ahora, para ilusionarnos con un futuro olímpico mejor.