¿Qué pasó con Mauricio Quintanilla?

Exseleccionado nacional, héroe de la clasificación al Mundial de España 1982. Figura en el Xelajú de Guatemala. Ahora, formador de jóvenes futbolistas en Apopa

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Foto Por edhdep

Por Franklin Ponce | Twitter: @FP11EDH

2016-05-01 9:54:00

Un ejemplo de esfuerzo y sacrificio sería Mauricio “Chino” Quintanilla. Destacado jugador de fútbol en la época de los 80, uno de los delanteros más destacados en El Salvador, que dejó huella tanto en los equipos de Primera División del país, también en Guatemala y además con la Selecta.

“El Chino” Quintanilla, como fue conocido en el medio, militó con los equipos de la Universidad de El Salvador, Once Municipal, Juventud Olímpica y Águila. Mientras que en la Liga chapina destacó con el Xelajú, donde hasta fue homenajeado como una de las grandes figuras de este equipo.

“Ya averigüé y en mi familia nadie llego a jugar profesionalmente. Por eso le doy gracias a Dios, por haberme dado este don. Soy el único que sobresalió en esto, dentro de mi familia. Mi carrera me ha dejado momentos satisfactorios y momentos tristes, pero de cada uno de ellos, una gran lección. Aunque plata no me dejo, me dejó un nombre y reconocimientos en el fútbol del que me siento muy orgulloso”, dijo el exjugador.

En 16 años de carrera deportiva, Quintanilla saboreó la gloria al coronarse con el Xelajú, en Guatemala, con quienes también obtuvo un subcampeonato local y en el torneo Fraternidad de la Concacaf. Estos mismos objetivos también lo hizo con el Águila, como campeón y subcampeón. Además del título de ascenso con el Cojutepeque, en la segunda división del fútbol salvadoreño.

Pero así como tuvo momentos felices, también soportó la tristeza que da el fútbol, con un descenso con la Universidad: “Ese descenso en el 86 dolió, porque pudimos haberlo salvado. Pero no se pudo. Sufrimos mucho”, señaló, todavía con mucho lamento.

Así como también cuenta que le tocó superar las irresponsabilidades de algunos dirigentes: “De tres meses, nos pagaban uno. Yo vivía 24 horas para el equipo y no nos pagaban. No veía nada claro. Sin embargo, a pesar de eso, los jugadores de esa época no dejamos de ser profesionales y jugábamos con mucha entrega, no como ahora que con un mes que les adeudan, paran los entrenos. Antes vivíamos el fútbol con pasión”, expresa.

Su buen paso por los equipos donde militó le abrieron paso para llegar a defender los colores de la Selección, hasta convertirse en uno de los “héroes” que logró la clasificación mundialista a España 1982.

Sin embargo, toda la satisfacción está previo a la Copa del Mundo, pues, aunque viajó con la delegación a España, no fue parte de los convocados: “Nos bloquearon el viaje directo. Prefirieron llevar a otros jugadores que no habían hecho muchos méritos y yo que solo me había perdido un partido de la eliminatoria, me llevaron a pasear a España. A conocer. Pero yo quería estar en la cancha, jugando”, explicó.

Momentos, quizá amargo y con una espina difícil de quitar, pero que en ningún momento le quitaron el amor por este deporte, que le dio mucho. “El Chino” decidió retirarse en 1987, pues los problemas administrativos no cambiaron. Dejo el fútbol activo, con la frente en alto y con el pecho erguido, pues con mucho orgullo alcanzó el cielo del fútbol.

Cuando se retira del fútbol, Mauricio Quintanilla pasa a trabajar en una clínica farmacéutica, pues esta es una de sus especialidades profesionales. Durante el periodo, posretiro, también la hizo de árbitro, al trabajar en esta labor en algunos torneos empresariales.

¿Qué hace?

Actualmente, “el Chino” trabaja con las escuelas infantiles de Apopa, con niños que van desde los 6 años: “Llevo cuatro años de estar trabajando directamente en la alcaldía. Trabajo como instructor técnico de fútbol, manejando la escuela de fútbol de Apopa. Para mí es una gran experiencia, porque de esta forma trato de devolver al fútbol, todo lo que me dio”, dijo el ahora “profesor”.

Además, de dirigir los niños, colabora en la dirección técnica del AD Apopa y el Vendaval, ambos equipos del municipio que militan en la segunda división: “No tengo una injerencia directa, solo trato de aportar con algunos consejos. De mi parte, muy agradecido porque me toman en cuenta y valoran lo que uno hizo”, menciona.

Quintanilla está a la espera de una invitación del Xelajú, para trabajar con las escuelas de este equipo en Guatemala.

“Gracias al deporte y al fútbol he tenido muchas alegrías, a la par tristezas. Ahora, lo único que me queda, es inculcarles a los alumnos que se dediquen al deporte por pasión. Al que le guste esto, tiene que entregarse por completo”, explica su filosofía, esa que lo acompañó, para alcanzar el éxito