Un equipo como Chalatenango, que apenas sacó un punto de 15 posibles en las últimas cinco jornadas, logró entrar en el octavo puesto. Con ello, y a pesar de tener números de solo seis victorias, siete empates y nueve derrotas (efectividad de 37.8 %)… podrá pelear en el camino al título en cuartos de final, frente a un Águila líder que de ventaja solo tendrá el escoger si abre o cierra en su campo.
¿Está bien que a la próxima fase avancen equipos que han rayado la mediocridad en sus resultados deportivos, como el mismo Chalatenango o Pasaquina, incluso Dragón y Metapán? ¿Acaso no se premia a la irregularidad, en lugar de darle su puesto a la excelencia y al esfuerzo de los que logran los primeros cuatro puestos?
De los 66 puntos en juego en la fase regular, ninguno de los antes mencionados logró el 50 % de estos. Metapán alcanzó el 44 % de efectividad; Dragón, 42.4 %; y los burros, 39.4 %. El técnico de los jaguares, “Zarco” Rodríguez, resumió en una palabra a un torneo que permite que equipos así se metan en la pelea por el título, a pesar de haber sido deficientes: “generoso”.
Yo creo que es mediocre, y que no deberían pasar ocho. Veamos afuera: en México, por ejemplo, son 18 equipos y solo avanzan ocho. En Costa Rica, son 12 como en El Salvador, pero solo llegan a semifinales los mejores cuatro. Y en Europa, es formato de Liga. Mediten, señores…