¿Por qué creo que Alianza puede dar una sorpresa y remontar hoy en San Miguel?
1. Es el campeón. No se puede descartar tan pronto al monarca del torneo, a uno de los equipos que mejor regularidad ha alcanzado en los últimos siete meses en nuestra liga. Alianza ha dejado atrás tiempos en los que no pasaba de ser equipo de media tabla para convertirse otra vez en uno de los protagonistas del campeonato nacional. Basta con ver los últimos tres torneos, donde en ninguno finalizó fuera de los primeros cuatro lugares. Tampoco se puede negar la mística copera que ha tenido este equipo desde que se implementó el formato de semifinales y final.
2. Racha positiva. Cuadtro empates seguidos ha cosechado Alianza en sus últimas visitas al estadio Barraza. Su última derrota data del torneo Apertura 2013. Además, las dos últimas victorias albas fueron por 0-2 y 0-3, justamente marcadores que necesitarían hoy los blancos para clasificar. Aunque la racha histórica desfavorece a los elefantes, sus últimos juegos en San Miguel contradicen a los mismos registros. A eso, aunar las últimas dos actuaciones ante los negrinaranjas, donde ofensivamente fueron más peligrosos y vistosos.
3. No es favorito. Pese a ser un grande, el papel de extremo favorito nunca le ha sentado del todo bien al Alianza. Sus últimos triundos han venido cuando están condición pareja con su rival o cuando está en ligera desventaja. Sentirse obligado no es el mejor escenario, mucho menos para un equipo con la presión deportiva y la magnitud mediática que arrastra el equipo capitalino.
4. Viene herido. ¿Qué es más peligroso que una fiera lastimada, dolida en su orgullo? Así como a los emplumados les dolió tanto que los eliminaran de una semifinal en casa el torneo pasado y que les arrebataran su preciado invicto a mediados de este torneo, no es difícil pensar que los jugadores blancos lleguen con ganas de cobrarse una revancha. Quizás sienten que jugaron mejor el jueves y se llevaron una injusta derrota.
5. Es un clásico. Todo puede pasar. Desde penaltis inesperados, errores de la defensa, chispazos de los jugadores. Goles de antología. Accidentes en la defensa. Broncas. Ambiente en las gradas. Todo, todo, todo puede suceder cuando dos equipos con una rivalidad de 57 años (la más añeja de nuestro fútbol) se encuentran en una cancha de fútbol. No hay localías, no hay favoritismo, Águila tiene las mismas chances de hacer un buen o mal partido como las tiene Alianza.