Un ambiente propio de dos equipos “grandes” se volvió a sentir en la vuelta semifinal entre Águila y Alianza, en el estadio Barraza, que desde muy temprano se abarrotó y convirtió la visita de los aficionados albos, en una odisea para entrar al estadio.
Faltaban dos horas para que iniciara el partido y los emplumados ya habían teñido de negronaranja, la mayor parte del estadio. Solo estaba pendiente la de los aliancistas, que poco a poco fueron llegando a este escenario.
Fueron aproximadamente diez buses los que viajaron de San Salvador o otros puntos del país, confiando en la remontada. A falta de una hora para el inicio del partido, comenzaron a ingresar a sector de sol preferente sur, donde ubican a todos las aficiones visitantes. A esa hora ya se habían reportado que los boletos para los albos, se habían agotados y todavía hacían falta el arribo de más hinchas capitalinos.
La dirigencia migueleña sacó los de reservas. Mientras comenzaron los primeros incidentes, pero dentro del estadio, con el lanzamiento de piedras, de parte de algunos aficionados locales, que golpearon a dos aliancistas, uno en la ceja y otro en la cabeza, por lo que fueron asistidos por los paramédicos. El primero trasladado al hospital para realizarsle una fisura. Todo esto ante la pasividad de la seguridad, que estaba más preocupado por controlar a la visita, que se descuidó de lo que hicieron los locales.
Los que faltaban eran los del Barra Brava, quienes llegaron minutos antes de que iniciara el partido y quienes al verse con la noticia de que ya no habían boletos, comenzaron a presionar a la persona en la taquilla.
Gritos e insultos tuvo que soportar, hasta que fue auxiliado con más boletos, los cuales generaron una saturación máxima en el área asignada a los aliancistas, pero que la Policía pudo ayudar para que ingresarán todos, aunque no todos verían el partido, pues se quedaron en el tunel de acceso hacia las gradas.
El último de estos entró a falta de diez minutos para que terminara el primer tiempo, cuando su equipo ganaba (1-0) y con la esperanza de ver la remontada.
Sin embargo, al final del partido, el triunfo fue de los locales y esto también significó la eliminación de los paquidermos, quienes diez minutos del final del encuentro fueron dejando el estadio, sin mayores incidentes, a pesar del nerviosismo que muchos agentes demostraron ante una asignación como está.
Algunos aficionados reportaron ecceso de la fuerza, por parte de las autoridades, con el uso de gas lacrimógeno, durante el partido, que afectó a varias personas, entre ellos algunos niños, que posteriormente tuvieron que ser asistidos por los cuerpos médicos