El deporte siempre cautivó a Manuel, desde pequeño. Estudió en el colegio San Francisco, que dirigía Mario Aguilar, y ahí practicó atletismo (fue campeón colegial en relevo 4 x 100), béisbol, tenis de mesa, fútbol (campeón colegial en juvenil B) y voleibol. “Ese fue el deporte que practicó mi padre, y fue él quien me enseñó a amarlo, por lo que llegué a jugar en la Selección Nacional”, dice hoy con orgullo Lozano, ya convertido en un profesional como dentista.
Su trayectoria en el voleibol se vio marcada por el entrenador taiwanés Liou Shen Jhy, así como por Luis Gómez, quien ahora entrena equipos de voleibol universitarios en Estados Unidos. Ellos fueron parte de la formación de Lozano como uno de los mejores pasadores de su época, en la que integró la selección juvenil que fue campeona centroamericana en 1990.
Además, para 1993 fue subcampeón centroamericano a nivel mayor, e integró el equipo que ganó un digno tercer lugar en los Juegos Centroamericanos realizados en nuestro país, en 1994, cuando cada partido en el Palacio de los Deportes era una fiesta, con miles de personas pendientes del equipo de voleibol.
“Mi generación tuvo grandes voleibolistas, como Juan Carlos ‘el Niño’ Ramírez, que fue designado parte del equipo ideal del Norceca; Roberto García, Marvin Hernández y muchos más”, cuenta Lozano.
Dentro de todas las anécdotas que le dejó el voleibol, Manuel recuerda que una vez “nos fuimos a Méxicoa un fogueo, viajamos en un avión de la Fuerza Armada, de esos que no son presurizados y no tienen baños. Tardamos más de cinco horas en llegar. Improvisamos un baño con todas las maletas, sentados en el piso del avión, con un gran frío y las turbulencias… Fue toda una experiencia; en lo deportivo nos fue muy bien, le logramos ganar al campeón mexicano, el IMSS, en cinco sets”.
Fue seleccionado nacional hasta 1997, tras participar en los Juegos C.A. de San Pedro Sula, en Honduras, “porque mi hija ya tenía 1 año y entonces me dedico a trabajar como entrenador de voleibol, para mantener mi hogar y terminar mis estudios de dentista”.
Como entrenador, Lozano dirigió a la selección femenina mayor que ganó medalla de bronce a nivel centroamericano en 2000; y fue asistente del cubano Sergio Rivero en la selección masculina que obtuvo el bronce en los Juegos C.A. de 2001, en Guatemala. Pasó a ser directivo de la Federación Salvadoreña de Voleibol, y la presidió entre 2006 y 2012. También fue vicepresidente del Comité Olímpico de El Salvador de 2007 a 2011.
¿Qué hace?
“Cuando terminé de jugar me convertí en entrenador de voleibol, y con ese salario logré terminar mi carrera de dentista. Además, por jugar voleibol la Universidad Nueva San Salvador me dio un 50 % de descuento en las mensualidades. Me gradué en 2003”, explica Lozano, quien ahora tiene su clínica de odontología en el centro comercial Villas Españolas, colonia Escalón.
Al hacer un balance de su etapa como presidente del voleibol salvadoreño (2006 a 2012), Lozano considera que “por mucha voluntad que uno tenga, si no hay recursos poco se puede hacer”; pero destacó que “logramos quedar a 2 centésimas de puntos de ser campeones centroamericanos mayores en 2011 con el equipo masculino de sala, en playa siempre estuvimos en el medallero… logramos con fondos propios darles mejor infraestructura a las oficinas de la Federación, dimos transporte a los atletas, iluminamos las canchas de playa, trajimos un piso nuevo, gracias al COES tuvimos un entrenador internacional, trajimos eventos internacionales de gran magnitud, como el que hicimos en Gran Vía… y dentro de los desaciertos, no hicimos a tiempo un cambio generacional de atletas, estos que al final se quedaron dirigiendo a la Federación y la han llevado nuevamente a los últimos lugares centroamericanos”, cierra, con mucha crítica para la actual directiva de este deporte en el país.