¡¡Dragón campeón!!

Los mitológicos se coronaron campeones del Clausura 2016 al vencer al ??guila con un gol de Wilma Torres al 38'

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Dragón levanto la copa del Torneo Clausura 2016, al derrotar a ??guila 1-0, en el Cuscatlán. / Foto Por Mauricio Cáceres

Por César Najarro | Twitter: @Cjnajarro

2016-05-29 4:25:00

David venció a Goliat, el Dragón horneó “al Águila” y el mito se hizo realidad, el más débil se llevó la corona para San Miguel, fiel a su estilo, a la contra, con un tanto de Wilma Torres.

El partido fue como se esperaba, con el cuadro de Omar Sevilla tirado atrás, defendiendo ordenado, agazapado, buscando una contra mortal para rostizar a su rival, un estilo para muchos “aburrido”, pero que les valió para clasificarse a cuartos de final, para dejar en el camino a Juventud Independiente (tercer clasificado), Santa Tecla (segundo) y Águila (el mejor del torneo).

Apenas cuatro derrotas sumó en todo el torneo el equipo de Ramón Sánchez, dos en fase regular, una en cuartos de final, y la más dolorosa, en la final. Salía como favorito pero no pudo, no tuvo ideas, apenas ocasiones, y se impuso la estrategia al “fútbol”.

El juego

En el arranque del partido, ambos cuadros salieron con un 3-5-2, con un parado casi “inusual” de Dragón porque, aunque respetaba el esquema, cuatro hombres pisaban la cancha rival para presionar. Es decir, en vez de esperar muy atrás, cerraban los hilos conductores en la media emplumada muy temprano.

Esto, además de suponer un desgaste importante para los verdolagas, llenaba de ansiedad a los negronaranjas, más acostumbrados a un fútbol un tanto vistoso, con desbordes que casi nunca llegaron.

Lo lógico ocurría, Águila tenía la iniciativa, y Dragón buscaba el pelotazo para Murialdo o De Oliveira. 
Apenas sobre el 6?, esa fórmula llevó al argentino a controlar, abrió para el brasileño y este recortó a Henry Romero, pero su remate, al borde del área, chocó en las piernas de Valoyes. 

Era el primer aviso, esporádico si se quiere, pero era Dragón el que tocaba a puerta, y no Águila, al que le costaba encontrar qué hacer con el balón. 

Dos minutos más tarde, en una contra, Murialdo asistió a Torres, quien se escapaba hacia el área, pero se señaló posición adelantada.
Águila no se encontraba en el campo. Insinuaba pero no tenía remates a portería. La primera llegada, que no terminó en remate, llegó al 10?, cuando Umanzor encontró a Lizama, y este centró para Ramos, pero anticipó Posada, de gran partido, para rechazar a tiempo.

El primer remate a puerta de los emplumados fue hasta el 15?, y producto de un error de Dragón. Tras un tiro libre, hubo un mal rechazo de Hernández con la testa, hacia atrás, y la bola le quedó a Valoyes, quien cabeceó fácil y a las manos del meta “Meme” González. 

La primera gran ocasión del partido llegó al 19?, y fue para Águila, que ya había equilibrado el partido en aproximaciones. En un tiro libre, Ramos le ganó por arriba a Hernández, cabeceó y le dejó el balón servido a Ortiz, quien, frente a portería y sin marca, sacó un “churrito” para Meme.

Dos minutos después, llegó la primera gran ocasión del otro lado. En un tiro libre de Hernández a Jackson, este se llevó bien el balón con el muslo en carrera para dejar a su marcador, pero le “regaló” la bola al meta Villalobos.

Después, el partido cayó en un bache, con muchas faltas de ambos equipos en el medio campo, mínimas ocasiones en ambos lados, y falta de ritmo.

El gol

Hasta que en el 38?, tras un tiro de esquina, Cristian Portillo robó el balón y tiró el pelotazo para Jackson, este arrastró la marca de Gómez y Castro, y abrió para Torres, quien entraba por el centro y superó en velocidad a Ortiz. Con tranquilidad, definió con la zurda, con un toque colocado, cerca del poste, para abrir el marcador y comenzar a hacer realidad el mito. 

Dragón entonces se sintió todavía más cómodo en el partido, y, ahora sí, se agazapó más atrás, para prácticamente renunciar a las salidas con toque de balón (esporádicas) y quedarse con el contragolpe como única arma hacia arriba. Lo importante era no dar ni una por perdida atrás, la filosofía de la solidaridad, del relevo, de no dar ninguna por perdida, de la personalidad, de meter pierna, de luchar sin parar.

Y así, al 41?, obró otra ocasión. René Gómez no controló una bola y le llegó a Murialdo, quien aguantó mucho el esférico y, cuando finalmente se lo pasó a Jackson, este ya estaba muy adelantado.

Para el complemento, a Águila le seguía costando demasiado llegar a arco, y comenzaron los cambios. Entró Fredy Espinoza en la defensa central, y subió a Henry Romero a la contención, sin que eso significara más proyección, en principio. Más bien, la encontró con Valoyes, lanzándose por derecha al abandonar la defensa y generar desequilibrio con su velocidad.

Pero no le alcanzaba con ello a Águila para si quiera inquietar a una cada vez más cerrada defensa de los escupe fuego, que casi logran la sentencia al 69?. La misma fórmula, ¿acaso hay otra en este equipo? Despeje apurado, De Olivera controla en la banda izquierda y arrastra a tres defensores, EspinozaValoyes y Umanzor, en fila, para entrar en diagonal y en velocidad por el lado derecho del área. Era el gol perfecto para una gran temporada, pero la tiró desviada, con lo que dejó abierto el drama.

A sufrir

Y es que los últimos 20 minutos fueron ataque contra defensa, con sensación continua de gol en el arco verdolaga, a donde apareció una y otra vez Leonel Guevara (entró de cambio), Osorio, Posada y el meta González para rechazar, tapar, apoyarse, despejar, salvar. 

No renunciaba Águila. Un gol obligaba al alargue. A Dragón parecían no quedarle “piernas” y, si les empataban, “seguro se los comían” en el tiempo extra. Pero el ansiado gol para los negronaranja no llegaba.
Al 77?, Deris desbordó por izquierda y centró para Ramos, quien, en punto penal, abanicó en una de las claras de ese lapso, el tramo final, el único en el que en realidad sufrió Dragón.

Apenas dos minutos después, Marlon Trejo sacó un centro a segundo poste, ahí donde Nicolás apareció sólo y su alma para rematar con la cabeza, potente, pero “Meme” estaba bien ubicado. Y al 85?, Santos centró raso y potente, pero en la barrida no alcanzó a empujar la bola Muñoz. 

Para más drama, “Meme”, que había estado casi perfecto, salió a cortar un centro algo pasado, el rechazo lo dejó corto, y le quedó a Irvin Valdez, quien se llevó la esférica. Entonces, pareció que el meta tocó en el rostro al delantero emplumado, pero el réferi, muy cerca y de frente, negó que fuera falta y penal.

En la siguiente acción, la tuvo Torres de nuevo para liquidar a Águila. Tras un saque de banda, Jackson se la pasó al volante, y el dragoniano recortó a Espinoza y enfiló hacia el área. En el borde, sacó un remate con la zurda que se fue desviado. Y dos minutos más tarde, en la enésima contra, tres contra tres, Torres pidió penal para los mitológicos, pero el réferi dijo que no hubo nada. Y esta vez se armó la contra de Águila, que terminó con un remate de fuera de área de Irvin Valdez, desviado por un defensa. Tras el cobro, Ramos recibió de espaldas, pivoteó y se la sirvió a Valdez, quien remató a las manos de “Meme“.

El partido se acababa, estaba ya en tiempo de descuento, y Águila atacaba más con corazón que con ideas, ante un equipo dragoniano que no quería saber nada del balón y que, al menor contacto con el esférico, lo reventaba.

No hubo tiempo para más, era el momento de que el mito se hiciera realidad, 63 años después, Dragón levantó su corona número tres, nada menos que contra su hermano, al que alimentó en los inicios del equipo emplumado con sus mejores hombres, por el que se quedó sin sus figuras, que se fueron a buscar mejores salarios.

Dragón divagó entre Primera y Segunda División, y tuvo su ocasión de volver al Olimpo en 2014, pero en esa ocasión, la lotería de los penales le venció. En esta, no hubo necesidad de llegar a esa instancia, la historia estaba escrita, la 16 para los emplumados no pudo ser. Fue para los escupe fuego, los visto de menos, los sextos en la tabla general, los “rechazados” por otros equipos, incluidos Murialdo y Lanzeni (que recalaron en Dragón), un equipo, como siempre dijo su DT Sevilla, formado por “hombres y no nombres”, el mito superó a la historia y se hizo realidad. En San Miguel y en el país, el rey es Dragón.