SAN SALVADOR. No existe en el fútbol forma alguna de explicar una derrota como la que sufrió ayer Águila en el estadio Cuscatlán. Luchó, buscó, siempre hacia el frente, insistió y trató hasta el último minuto del partido los goles que le abrieran el camino al campeonato, pero todo en vano. Cuando se pierde jugando bien, como lo hicieron ayer los negronaranja, es muy difícil dar con una reflexión.
Tras el pitazo final, los jugadores de Águila hicieron el esfuerzo por pasar el trago amargo de la derrota y hacer el mea culpa por la única jugada que fallaron en defensa y las tantas que no quisieron entrar de cara al arco rival.
“Todo el partido dominamos, sabíamos a lo que ellos jugaban (Dragón), preparamos el partido de tal forma, nos descuidamos sabiendo que la única forma en que ellos nos hicieran daño era en una pelota en salida que perdiéramos o un contragolpe y pues ahí está el resultado. No nos queda más que aceptar que perdimos y levantar la cabeza”, comentó Jimmy Valoyes, defensa que se vio implicado en el gol mitológico.
Pero también es mucho más difícil explicar una derrota como tal tras un torneo excepcional de Águila, donde rozó la regularidad y sacó 13 victorias de 22 partidos.
“Es difícil aceptar porque se nos había dado todo para ser campeones y no pudimos ahora, luchamos pero eso no basta. Dragón hizo su trabajo y nada más a felicitarlo”, reaccionó Álvaro Lizama, el volante aguilucho que vio cómo su hermano Blas celebraba el campeonato bajo los colores dragonianos.
Incierto
La derrota de Águila ha calado tan hondo en el ánimo del equipo que el mismo técnico Juan Ramón Sánchez puso en duda su continuidad en el equipo tras perder la final. Según él no depende tanto de sí mismo, sino de lo que decida la directiva aguilucha.
“No lo digo porque esté inconforme con lo que haya hecho, sino que habría que pensarlo. Acuérdese que las decisiones las toma la junta directiva y hay una sequía de títulos desde hace ratos. Por supuesto que hoy se ilusionó y se volcó en masa (a la afición) con la confianza de que se iba a conseguir esta copa. No se consigue y lógicamente tiene que haber un sinsabor”, indicó el entrenador.
Su equipo creyó ayer en una idea de juego, misma que en algunos pasajes del torneo tuvo que quedar de lado debido al apremio. Ante eso, Sánchez declara que no tiene reproches para su plantilla y asumió la culpa de la derrota.
“El aficionado exige y le reconozco el derecho porque hay muy buen plantel. Yo quiero asumir mi responsabilidad y no echarle la culpa al grupo porque yo fui el que les dijo… De que no fue suficiente, es cierto, no nos queda más que seguir creyendo que más tarde puede conseguirse (el título), primero Dios”, dijo.
Sánchez también tuvo palabras para el campeón migueleño, que por ahora no será el suyo: “Hay que ver las cosas buenas que también hizo el rival que tampoco nos permitieron a hacer lo que pretendíamos. Lo importante es que el equipo (Águila) en ningún momento bajó los brazos, siempre creyó que podía”.