David derrotó al gigante ??guila

Con la presión de saberse chico y hasta mal visto, el Dragón edificó una hazaña en el Cuscatlán.

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Foto Por edhdep

Por Manuel Cañadas | Twitter: @Memecanadas

2016-05-30 4:41:00

Con la presión de saberse chico y hasta mal visto, el Dragón edificó una hazaña en el Cuscatlán. No perdió la calma aún en los momentos más críticos, se aferró a sus fortalezas y nunca dejó de creer. Con corazón, sacrificio y coraje, el equipo mitológico le dio a su pequeña afición un enorme motivo de orgullo.

Una jugada de Jackson de Oliveira que habilitó a Wilman Torres le dio el gol que significó la corona. Obtuvo asi una gran victoria sobre los negronaranjas, que cayeron en un partido en que todos los daban como vencedores. El Cuscatlán, con muchísima gente apoyándolos, esperaba que el poderoso saliera a ganar, tomando en cuenta el buen despliegue mostrado en casi toda la ruta eliminatoria y ante los blancos del Alianza en la semi.

Pero este deporte es tan bello como democrático: a pesar de las diferencias económicas, de afición, de recursos el ganador fue el más humilde. Ese equipo chico que se vuelve gigante y que pudo lograr un épico triunfo, que esperaba ver ganar al cuadro grande.No habían transcurrido siquiera veinte minutos de partido cuando José Santos Ortiz tuvo una ocasión inmejorable y le pegó despacio al arco para que el Meme González atajara;luego Nicolás Muñoz y “Pito” Ramos tuvieron otras ocasiones pero la falta de eficacia los privó de sonrisas y tranquilidades.

Pero también el Dragón tuvo lo suyo. Aguiluchos y mitológicos protagonizaban un partido muy parejo, con momentos para cada uno. Situaciones de juego marcadamente favorables en el que ninguno supo sacar la ventaja insinuada. Se perdonaron mucho el uno al otro, donde los hombres de avanzada no lograron convertir. Después de todo tenemos una liga donde ningún equipo, lease bien, ninguno tiene jugadores que le sepan pegar desde media y larga distancia, como que si esos goles no valieran.

Y en tal sentido ya llevamos años en que no vemos un buen pateador de tiros libres ya sea nacional o extranjero. ¡Vaya desgracia!. 
Dentro de tales coordenadas, el entrenador David Omar Sevilla se siente cómodo en este equipo en el que tanto ha hecho. Dirige como en el patio de su casa, generalmente plantea un estilo de juego mezquino, que prioriza la defensa y lo hace atendiendo al recurso humano que posee; pero cuando sale en ofensiva, suele ser un rival más que peligroso con el brasileño Jackson de Oliveira y su socio en el gol el argentino Allan Murialdo.

Claro que ellos son una especie de estandarte de los nuevos campeones, pero la entrega de otros jugadores como Bladimir Osorio, Luis Hernández, Wilman Torres son amenazas que siempre se deben tener en cuenta. Ponerle jugadores veloces, con explosión a los centrales aguiluchos es sinónimo de complicarles la vida ya que responden siempre con lances de lucha libre. Eso pasó el domingo, en la grama del Cuscatlán, y no en detrimento de la calidad que puedan tener, sino por la actuación destacada del brasileño y el argentino.

Es cierto el Águila se fue con todo sobre la meta del Meme Gonzalez, pero la ventaja al final fue de los mitológicos, una corrida letal del brasileño que enfrentó a tres defensas quienes llegaron a marcarlo y los dejó en el camino para habilitar a Torres quien anotó con un preciso toque.

La gran victoria verde se cimentó en la enorme actuación de su arquero, bien custodiado por la defensa. Águila con desorden e imprecisiones, lo atacó por todos lados en el segundo tiempo, hizo centros hasta el cansancio, intentó por las bandas pero el destino fue siempre el mismo, las manos o el cuerpo del Meme González. Fue una tremendo actuación la que libró el portero, que se volvió fundamental y para que el Águila entrara en la locura de tirarle centros sin ton ni son, sin destinos precisos y eso le convino al Dragón que con Osorio y Luis Hernández se hicieran gigantes. Esa eterna leyenda de David imponiéndose a Goliath, a este Águila; la historia del humilde que se le rebela al grandote.