Filadelfia, cuna de Estados Unidos y una de las ciudades anfitrionas de la Copa América 2016, se rinde al fútbol y se prepara para acoger a miles de aficionados mientras da rienda suelta a la fiebre del balompié entre sus ciudadanos.
Más de 75.000 aficionados acudirán a la ciudad en los próximos días para asistir al campeonato, que llegará a Filadelfia este jueves, según datos facilitados por la oficina local de convenciones y visitantes.
El enfrentamiento entre Uruguay y Venezuela será el primero de los tres que se disputen en Filadelfia, seguido del Estados Unidos-Paraguay, previsto para el sábado, y el Chile-Panamá para el martes de la semana próxima.
Al ser la primera vez que la Copa América se juega fuera de Latinoamérica, la expectación es máxima entre los 55 millones de hispanos que residen en Estados Unidos y en particular en Filadelfia, donde el 13,3 por ciento de la población es de origen latino.
Eventos masivos gratuitos acogerán a los aficionados, con música en directo, sorteos y concursos, puestos de comida y tiendas de recuerdos del torneo calentarán motores desde cinco horas antes de comenzar los partidos en el apodado “Fan Headquarters” (sede central de aficionados), a la orilla del río Delaware.
Las reservas en los hoteles se han disparado con la Copa América y la ocupación es prácticamente total, según confirmaron fuentes de turismo de Filadelfia.
“Una selección estadounidense cada vez más respetada” y “la oportunidad de ver a jugadores de alto nivel internacional” despiertan alto interés en la ciudad, dijo a Efe el jefe de programas de accesibilidad lingüística de la oficina de Asuntos Migratorios, Orlando Almonte.
Conquistada Filadelfia, la que fue primera capital de Estados Unidos, donde se debatió y firmó la Declaración de Independencia y la Constitución del país, se puede decir que la fiebre del fútbol ha llegado al país para quedarse.