Chile y Argentina sin margen de error

OPINI??N - Uno quiere demostrar que no fue casualidad, otro quiere lo contrario. El nuevo clásico sudamericano propone altísimas revoluciones. Argentina y Chile, por la gloria

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2016-06-25 4:05:00

No suena a excusa. Cuando Tata Martino reconoció en la pasada Copa América que Chile hizo jugar a la selección albiceleste a lo que no quería, a partir del sometimiento estético que el combinado trasandino ejecuta de memoria, simplemente hizo la lectura correcta.

Y cuando entiende que la Argentina dio un paso adelante porque se defendió bien aún siendo dominada, también da en la tecla. Hemos sido testigos presenciales de cómo una generación de volantes y atacantes argentinos de jerarquía probada, más Messi, que no entra dentro ningún esquema, vieron frustradas sus chances a partir de rendimientos colectivos desiguales.

Pese a ser reciente, parece en la previa que el juego de fase de grupos de la Copa Centenario entre ambos equipos poco ofrece el esquema ideal para analizar la final.

Entonces, lo que se vio en Santiago en 2015 efectivamente fue un pasito evolutivo para Argentina. Debe concretar, generar no le cuesta. Sostengo desde hace años que si a esta generación le hubiera tocado un Verón, un Ayala o un Batistuta, habría sido un dream team, un voraz equipo coleccionistas de títulos.

Por eso, con la armada más Messi aún vigente, y el amanecer de un fondo confiable, con la revolución Funes Mori como estandarte, puede ser. Todo esto para ir a la Copa América del Centenario a buscar revancha. Tal vez como nunca antes, hay equilibrio y potencial en las dos áreas.

Chile llega con una moral descomunal por la Copa ganada, y, sostengo, que la albiceleste debe trabajar por hacer un contrapeso importante; sino difícil. Frenético, desprolijo, con Chile jugando en nivel brutal y la Argentina con la pelota y patrón de juego definido. Esta final debería ser mejor que la de 2015. Que no se hagan el espejo, sino habrá penales, y 45 tiros hechos al arco por equipo.

Que el árbitro pase desaparcibido, y que gane el fútbol. El arte quizás estará para otro día, me parece.