El nombre de Ariel Sena es poco conocido en El Salvador, pero en Guatemala y, sobre todo en Honduras, es un entrenador que ha dejado y sigue marcando su huella. Su historia es particular, llegó a suelo hondureño por error, porque escuchó que tenía una oferta en Holanda.
En un juego de Cerro ante Palestino de Chuy unos explosivos afectaron el sentido del oído de Sena y por esa razón escuchó que la oferta de trabajao trabajo como preparador físico era en Europa y no en Centroamérica.
Pero apasionado y comprometido con sus trabajo, Ariel Sena decidió iniciar esa aventura con el DT Liber Arispe, en el equipo Marathón de Honduras. Concluido su trabajo en ese club, llegó el momento de volver a casa, pero le extraviaron el boleto de avión. Segundo aviso que su presente y futuro estaba aquí.
“Me perdieron el boleto de regreso, y no pude regresar. Me hicieron esperar un mes más, y surgió la posibilidad de seguir trabajando. Me quedé y sigo acá hasta hoy”, dijo Sena al sitio web Referi.
Ahí fue el punto de partida a una carrera de 22 años entre Honduras y Guatemala, el destino lo quería en esta parte de América y él no renegó a esta situación que en su momento no pudo ser agradable para el entrenador, título que obtuvo en Centroamérica tras cumplir con los requisitos para ser principal.
En Honduras pasó por las filas de Marathón, Vida, Petrogela, Platense, Universidad, Parrillas One, Villanueva; en Guatemala, a dirigir al Deportivo Saranate y al Deportivo Guastastoya, este último con quien realizó un gran proyecto para llevar al equipo a la Liga Nacional desde la Segunda.
Sus raíces ya están de lleno en el vecino país, su esposa y dos de sus tres hijos son hondureños. Conoce bien el país con todos los problemas que se viven, pero no desespera porque tiene identificados los lugares donde puede comprar la yerba mate, bebida tradicional de Uruguay, Argentina y otros países del Sur.