No fue un buen partido el de Guatemala. Para nada. Ni del local Guatemala, ni de El Salvador, que es el punto que más preocupa. Se dio un paso atrás con respecto al amistoso ante Panamá, donde hubo mejor juego asociado, individualidades y muchas más llegadas, aunque siempre sin definición.
En la noche del semivacío estadio Mateo Flores se vio una Selecta mucho más deslucida. Apenas tres triangulaciones en velocidad en la primera etapa (sin riesgo para el arco rival) y un par de arrestos individuales de Alex Larín en la segunda mitad. Nada más. Demasiado poco para un equipo que busca meterse entre los 6 mejores de la Concacaf en la hexagonal final.
No hubo ideas ofensivas y muchos jugadores rindieron por debajo de su nivel. La alarmante falta de gol recrudeció porque esta vez casi no se generaron ocasiones de riesgo. Dustin Corea, en un puesto que no es el suyo, estuvo lejos de ser la solución para este problema recurrente de la Azul; tampoco Rafa Burgos aportó algo distintos. Algunos chispazos de Jaime Alas en la primera mitad y las buenas intenciones de Alex Larín probando de larga distancia, fueron lo más destacado en materia individual.Por cierto, las tres ocasiones del volante de FAS que ayer también jugó por derecha (intercambiando posiciones con Morán) fueron las únicas aproximaciones de El Salvador en todo el partido.
Por otro lado, hubo serias desinteligencias atrás ante un equipo que no exigió mucho. Guatemala tiene sus problemas también y mostró una pálida imagen. Pero ese equipo terminó derrotando a la Selecta, una vez más.
Los errores defensivos siempre los paga la Selecta. Suele pasar en todos los juegos: el rival no perdona. Y el gol chapín fue una consecuencia de ello. Falta de concentración y actitud en la marca, permitieron que primero el rival recuperara la pelota y después que Jean Márquez tuviera el tiempo y el espacio necesario para buscar el arco. También hubo responsabilidad de Hernández, más allá del ligero desvío del balón en Mendoza.
Faltan casi 20 días para el primer duelo decisivo contra Honduras y la esperanza se mantiene en mejorar ante Nicaragua (el 9 de marzo) y el salto de calidad que podrían aportar los legionarios en eliminatorias. Uno imagina otro nivel con jugadores como Darwin Cerén, Nelson Bonilla, Pablo Punyed o Dennis Pineda. Y no debería dejarse de lado a Arturo Álvarez, quien es cierto que viene de larga inactividad pero tuvo una muy buena pretemporada con el Chicago Fire y su talento no se debería desaprovechar. Hoy el equipo ha dado un paso atrás. Que sea el impulso para mirar hacia adelante.