La visita de Jorge “Mágico” González a Guatemala fue un gran acontecimiento para los guatemaltecos, quienes demostraron tener una enorme admiración por el ex jugador salvadoreño y algunos hasta llegaron a mencionar que “tenerlo a él, era algo mejor, que hubiese llegado Messi”.
“Mágico” viajó hasta el país vecino para acompañar a la Selecta en el amistoso contra los chapines.
Lo hizo de manera personal, junto con unos amigos, en un pick up. Llegó casi al mediodía del miércoles, día del partido, y se hospedó en el mismo hotel donde estaban los seleccionados.
Muy a su estilo trató de pasar desapercibido, usando un pans azul, una camisa blanca, pero la gorra azul con el ES lo delataba. Primero, con los empleados del hotel, quienes suspendieron sus labores para obtener las fotografías. Luego, en el estadio, los aficionados chapines, durante el partido, también se acercaron al salvadoreño para obtener un recuerdo.
En el descanso y tras el partido, fueron los medios de comunicación quienes solicitaron una entrevista, la cual les dio sin problemas, luego de estas aparecieron la solicitud de fotografías individuales, situación que terminó retrasando varios minutos la salida del bus de la Selección del estadio, hasta que Jorge fue sacado por los miembros de la Festut, casi a empujones, porque él atendía a todo lo que le solicitaban.
El jueves, a media mañana, el “Mágico” regresó a El Salvador. Pero cuando abordó el transporte que lo traería a el salvador, un taxista, que estaba desde el otro lado de la calle, lo identificó le gritó, corrió dejando su unidad abierta, para llegar hasta donde estaba González y solo pedirle un autógrafo, pues en el ajetreo olvidó el teléfono para sacarse la fotografía.
“Lo admiro desde pequeño, todavía veo sus vídeos por internet. Fue único y el mejor jugador centroamericano que ha existido. Fue un gran detalle de parte del Mágico, porque creó que hasta lo asusté. Este papel lo voy a enmarcar. Imprimiré una foto de él y lo podré junto al autógrafo, en la pared de mi casa”, expresó el taxista, que solo se identificó por Erick, mientras mostraba con orgullo el recuerdo que obtuvo de su “ídolo” futbolístico.