Los tres amistosos que jugó el El Salvador, dejaron, además de pésimos resultados, una certeza en cuanto al rendimiento: La Selecta fue de mayor a menor hasta el triste empate de anoche ante Nicaragua, el segundo en la a historia ante la selección de un país que tiene al fútbol recién como tercer deporte en su rango de popularidad.
La Selecta careció otra vez de volumen de juego, creatividad ofensiva e ideas para generarle peligro a un rival tibio e irregular. No se le pudo ganar a un equipo juvenil de Panamá, se perdió contra una Guatemala gris y .
Evidentemente, el trabajo de los microciclos no dio frutos y Maradiaga deberá cambiar su pensamiento de cara a los partidos trascendentales, los que si importan:frente a Honduras deberá acudir a que su base sean los legionarios, que hoy aparecen como la única variante de cambiarle la cara a este gris equipo. El grupo encabezado por Darwin Cerén y seguido por Nelson Bonilla, Pablo Punyed, Ruso Flores, Jaime Alas, Richard Menjívar.
Además del partido en el Nacional de Managua, la Selección tuvo ayer otra muy mala noticia. Arturo Álvarez decidió no estar hasta que se vayan Maradiaga y los directivos y así se le cierra a El Salvador la oportunidad de contar con un jugador distinto, que va recuperando su nivel en el Chicago Fire.
Apelar al roce, la experiencia y el nivel (dispar)de los legionarios se torna clave en la serie ante la “ H”, tras lo visto en esta serie de amistosos que preocupa a todos.